44. Rompecabezas

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Tenía la seguridad de que llegarían mas oportunidades donde podría escoger que versión contarle a los demás, no se trataría de mentir o decir la verdad, tenía que tener cuidado al hablar solo de un lado de la verdad, de todas maneras nadie podría entender el gran rompecabezas que habías sido. 

Lograste ser predecible a pesar de guardar muchas sorpresas, pero como siempre el tiempo fue limitado por tu crianza e inmadurez para afrontar los problemas, no se trataba de comportarte como un hombre sino como un ser humano. 

No soy responsable de tus carencias aunque fui sometida a tus demandas que me terminaban aislando de todos con el objetivo de solo tenerte a ti, sin embargo no tuvo el efecto esperado y tampoco era necesario resguardarme de un exterior que quería explorar si era contigo.

Ya es tarde para el fragmento que guardas en tu pecho, no hay lágrimas mágicas que le puedan dar vida a algo que nunca mereció una oportunidad. Es tarde para arrepentirse de las desveladas mirando como esa luz azul atravesaba mis esperanzas, siempre serás un triste recuerdo que servirá de lección para no olvidar que existen los hombres como tú, que absurdamente, teniendo todo para ser el mejor, escogen el camino donde tienen que arrastrarse por las mentiras que ofrecen, porque siempre tendrás la habilidad pero no la capacidad de levantar tu mirada y dar la cara.

Nunca hubiera podido solucionar tu cobardía, tu habías escogido devolver el daño que guardabas en tus historias pasadas y yo no podría seguir amando a un niño que jamás quiso crecer. 

Solo me queda agradecer que te hayas sentido con tan poco valor como para renunciar a mi, y a estos kilómetros que fueron un obstáculo para saber que no vale la pena cruzar ni uno de éstos por ti. 


Cuando alguien me amabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora