❅ BONDED FOR LIFE

❅ Felonía

Capítulo 31: Felonía.

᯽°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°°᯽

Debía saber que algo así pasaría.

 Después de todo, se trataba de su trabajo. Su intuición la alertó antes siquiera de saber de qué se trataría. Nunca le había fallado antes y no lo haría ahora.

En cuanto su nuevo jefe la llamó, la expresión en su rostro, rígida y severa, pero totalmente transparente ante lo que vendría, solo confirmó sus dudas.

 Alisando nerviosamente su falda, dejando de hacerlo en cuanto recayó en esto, la joven aguardó sentada, bajo el escrutinio del hombre.

 —Escuché que su esposo resultó herido.

Hermione carraspeó, desprevenida por la pregunta.

—Ha sido algo irrelevante, se repondrá, señor— aseguró.

Este asintió, distraído. El ancho escritorio creaba una eficiente barrera entre los dos.

 —¿Sabe por qué está aquí? — la cuestionó luego de largos segundos en silencio.

 Hermione negó con la cabeza y no mentía.

—Bueno— comenzó el hombre, posando sus manos sobre su escritorio—, eso es porque Cygnus Lemaire ha asignado un trabajo especialmente para usted.

Esperaba cualquier cosa, menos algo como aquello.

Las preguntas se agolparon en su mente, una a una, llegando sin un orden claro, sin embargo, desistiendo, Hermione preguntó: — ¿Para mí? ¿Por qué?

—Explícamelo tú— respondió su jefe, sus delgadas cejas se curvaron hacia arriba—, esa fue la orden. ¿Por qué te eligió a ti?

Notando que se encontraba tan sorprendido como ella, dejando de lado los formalismos al hablarle, Hermione decidió reprimir todos sus cuestionamientos. No serviría preguntarle más si, genuinamente, parecía desconocer la razón.

—No lo sé— admitió ella, a la espera de lo que vendría.

 
Fuese la razón de la que se tratara, sabía que no le gustaría y, como usualmente sucedía, Hermione Granger tenía razón.

 
•×•×•×•×•×•×•×•×•×•×•×•×•×•×•×

Harry parecía contento de verla. Luego de dos largos días recluido solo en la casa, en espera de su recuperación, cada que ella volvía lucía menos infeliz.

La vida sedentaria no era algo que le gustara en lo absoluto, por eso, supuso Hermione, la esperaría ansiosamente con la cena servida.

Los detalles que él tenía para con ella bastaban para calentar su corazón, así como sus atenciones y el esfuerzo que hacía por limar las asperezas de su discusión pasada. Y ahora, sería ella quien tendría que darle noticias que sabía no le gustarían.

Lo conocía lo suficientemente bien para anticipar su reacción.

Siendo consciente de lo fuerte que apretaba los cubiertos entre sus dedos, Hermione finalmente los dejó sobre la mesa, limpió cuidadosamente las comisuras de sus labios con la servilleta y aguardó dos segundos antes de que se sintiera lo suficientemente lista.

—Hay algo que tengo que decirte.

 
Él dejó de servirse, mirando en su dirección, todo a su alrededor se volvía carente de importancia cuando él la mirada con tal atención.