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Minho amaba los días nublados, eran tan acogedores y bellos. Tener frío y estar sentado cerca de la calefacción o, acostado leyendo algún libro, o mejor, compartiendo con Jisung. Pero ahora se encontraba en otra parte, no en su casa y tampoco en la de su mejor amigo, sino que se encontraba en una cita con Felix.
Quizás si Jisung no hubiera actuado así el Viernes, estarían juntos, pero esa actitud tan repentina y sin razón aparente le chocó bastante.

Habían salido (a petición del rubio) a un restaurante, algo encantador para el pelimorado, claro, si Jisung estuviera frente suyo en esa tan romántica mesa, en lugar de Felix. Pero a ver, no podía seguir pensando de esa forma si se supone que tenía que olvidar a su hetero mejor amigo, no era para nada sano en lo absoluto sentirse así de atraído por el menor sabiendo la orientación sexual de este.

Miró al rubio, este le hablaba animadamente sobre el nuevo trabajo que obtuvo hace una semana. Minho realmente no estaba interesado en lo que escuchaba, sino más bien estaba metido en sus pensamientos recordando la dulce y encantadora sonrisa de Jisung.

Cuando derrepente su celular vibró, miró y abrió un poco sus ojos al ver una llamada entrante de su pequeño chico. Inmediatamente contestó, levantándose de la mesa para tener más privacidad.

—buenas noches, Sung. ¿Todo bien?

Honnie...—habló.

Minho frunció el seño, su voz la notó algo enferma. Miró a Felix quién lo miraba preocupado y le hizo un gesto con su mano dandole a entender que le diera cinco minutos. Se fué a los baños para hablar mejor.

—¿Que pasa, corazón?

ven.. te necesito.

Esas tres palabras fueron bastantes para que Minho le avisara a Felix que tenía una emergencia de carácter urgente y debia irse. Así es como tuvieron que dejar esa aburrida cena y se subieron al auto del pelimorado. Fué a dejar al rubio a su casa y después arrancó a todo motor hacia la casa de Jisung.

Al llegar entró casi corriendo a la casa, no sabía que le pasaba a su Hannie y la preocupación y terror se lo estaba empezando a comer vivo.

Subió al segundo piso y sin dudarlo abrió la puerta sin siquiera golpearla antes; ahí lo vió, acostado y con fiebre, su carita estaba algo pálida.

—cariño, ¿Donde está tu madre?

—está trabajando... Hyung me siento mal, ven.

Minho se acostó al lado del menor y besó su frente para verificar su temperatura, realmente estaba hirviendo y por suerte sabía exactamente qué hacer.
Con amor lo abrazó y empezó a darle mimos en sus castaños cabellos, relajando al chico.

—Honnie perdóname por haber actuado así el viernes, no sé qué me pasó...

—tranquilo, lo entiendo. Por ahora solo déjame cuidarte mientras esperamos a tu mamá—le sonrió. Jisung tenía los ojos vidriosos, llorosos, rojos de tanto llorar y por su temperatura también. Aún así, miraba esos profundos y oscuros ojos de Minho, quien lo miraba también.

Jisung soltó un suspiro y su mirada bajó, se sentía muy mal. Haberse ido ese día viernes sin el mayor le trajo aquel resfrío, se supone que se irían juntos en el auto del pelimorado pero Han infantilmente decidió irse solo caminando, bien consciente de la fuerte e incesante lluvia que había. Llegó a su hogar todo mojado, con el cabello húmedo y sus manos congeladas, a la noche empezó con simples estornudos que al otro día se transformaron en tos y luego llegó la fiebre.

Minho se levantó de la cama y bajó para prepararle algo a Jisung. Tenía entendido que una toalla o algún paño mojado era bastante útil para bajar la fiebre, así como también algunas pastillas comunes como el paracetamol y la Aspirina. No le daría tanto químico a Han, a no ser que la fiebre aumentara mucho más.
Tomó el botiquín que se encontraba en el baño de abajo dentro de un estante; sabía muy bien la ubicación de este ya que cuando él y Sung eran niños siempre se accidentaban jugando y él era el encargado de curar al menor debido a que era el más propenso a caerse. Sonrió un poco, recordando esos momentos tan lindos y subió rápido con todas las cosas anteriormente mencionadas.

Cerró la puerta de la habitación para mantener el calor dentro y dejó la bandeja en donde traía todo encima del escritorio de Jisung. Primero cogió el paño y lo dobló calculando aproximadamente la medida de la frentecita del menor.
Han lo miraba atentamente, sintiendo como extrañamente su pecho convulsionaba a pesar de sentirse tan mal y enfermo. Sonrió al sentir la suave mano de Minho correr las hebras de cabello de su frente hacia atrás para, acto seguido posar la toalla en aquél sector. Amaba ser cuidado por su mejor amigo, mucho más que ser cuidado por su propia madre. Y claro que no era un asunto personal, es solo que Minho era tan cuidadoso con el y amoroso, en cambio su mamá lo regañaba, con amor pero al fin y al cabo como él era terco le molestaba un poco.

Minho tomó asiento en el borde de la cama al lado de Jisung y tomó su mano. En su otra mano tenía el termómetro, así que el menor abrió su camisa para darle paso a aquél objeto bajo su brazo. El mayor lo colocó suavemente y se quedaron mirando a los ojos mientras esperaban.


—prometo no dejarte hasta que mejores—murmuró suavemente Minho contra la cabecita de Jisung. Le estaba dando besitos para relajarlo y sí que estaba funcionando a la perfección.

Jisung sonrió al escucharlo, encantado ante eso, pero no pudo evitar sentirse culpable por Minho y por su cita. Por haber acudido a él le arruinó la salida con Felix y, aunque este último le cayera no muy bien, a fin de cuentas era la cita de su Honnie.

—perdón por arruinar tu cita con mi tonto resfrío—casi balbuceó. El mayor negó al oírlo. —pero claro, si debías haberla estado pasando genial y te llamé jodiendo todo.

—no, no, no... No pienses así. Para serte sincero, lo único que quería era estar aquí contigo, teniéndote en mis brazos—le sonrió con honestidad. Jisung alzó la mirada y suspiró profundo, sintiendo algo mucho más fuerte en el pecho. —me ayudaste a escapar de ahí y me trajiste aquí a tu lado.

—ah, Minho, eres un tonto—respondió sonrojado, pero gracias a la tenue luz que había el mayor no pudo apreciarlo. —entonces... ¿De nada?

Ambos rieron y Minho solo se limitó a besar la cabecita de Jisung otra vez, con una bella sonrisa.

—gracias, mi príncipe.







Holaaaa, he vuelto. Ya habían pasado varios días desde que no actualizaba esto y me había prometido ser constante. Espero que les haya gustado y no olviden votar, me ayuda mucho. <3

The boy is mine. [Minsung] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora