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Los días viernes eran los que más le daban trabajo a Jisung, o en realidad, a la cafetería como tal.
Muchas personas iban desde la mañana a la tarde, y por esto mismo, Changbin le había pedido (casi rogado) a Jisung que lo ayudara por más horas en ese día en específico. El menor por supuesto que accedió; amaba el trabajo y así también le pagarían un poquito más por el tiempo extra.
Ya tenía casi todo el dinero recaudado para el telescopio, y ha estado indagando por internet en busca de uno bonito, con un lente que logre captar con muy buena calidad la luna y las estrellas. Por suerte, tuvo algo de ayuda de su madre, quien tenía algo de conocimiento con respecto al tema. Ella le recomendó cierta marca y modelo, y que si compraba aquel telescopio indicado sería el más perfecto.

Ese mismo viernes, después de trabajar hasta que cerrara el local, le pagaron su sueldo mensual y un poco más por el horario extra. Esto fue suficiente para tener el dinero para el regalo de su mayor.
Jisung se fue rápidamente hacia el centro comercial donde estaba su objetivo de compra, se sentía tan feliz por el regalo que le haría. Ya se estaba imaginando las futuras noches en la habitación de Minho, ambos observando la Luna, todo su ciclo. Era un panorama romántico, sin duda alguna lo era, y eso lo ponía aún más contento.


Minho estaba sirviéndole comida a sus gatitos, cuando recibió una llamada de Jisung.
Terminó rápido de alimentarlos y atendió la llamada, dejando su celular entre su cabeza y su hombro porque sus manos estaban ocupadas aseando la cocina.

—Al fin te acuerdas de mi, ingrato.

Escuchó la risa cansada de Han por el teléfono, sacándole una pequeña sonrisa.

—Lo siento hyung, he estado ocupado... Ya sabes, mucho que hacer. —Contestó. —De todos modos no me olvido de tí.

—Y por esó no me llamas nunca. —Atacó el mayor, cerrando la puerta de la cocina y saliendo de esta al terminar de limpiar todo.

—Hyung, ya te lo he explicado más de cinco veces, pero no importa. —Suspiró, y pudo escuchar cómo se acomodaba en la cama.

—Tranquilo, si te entiendo, es solo que estoy muy acostumbrado a estar contigo y, en parte es muy culpa tuya. —Rió fuerte y dejó el celular en la mesa, colocándolo en altavoz para oír bien a Jisung.

—¡Pero tú me haces caso cada vez que te necesito conmigo! Creo que los dos somos unos mimados de mierda, fin de la discusión. —Dijo Jisung con gracia, haciendo reír inevitablemente a Minho.

—De acuerdo con eso.

Estuvieron hablando como por media hora, hasta que ambos dijeron al unísono que tenían sueño.
Se verían al otro día para ir a clases juntos, así que no necesitaron armar un panorama para poder salir ya que se verían allí.

Faltaban sólo días para el cumpleaños del mayor, y Jisung fingía no ponerle muchísima atención a eso para ocultar bien la sorpresa que le tenía. De todos modos Minho no pensaba en su cumpleaños hasta que dicho día llegaba.

Iba todo estupendamente bien.


🦋


La alarma del teléfono de Minho sonó, despertándolo de inmediato por lo estruendosa que era. El típico "bip-bip-bip-bip" molesto e irritable.
Sin demorarse mucho, se levantó de la cama para ducharse y vestirse rápido. Tomó su mochila y abandonó su habitación.

Mientras se servía su desayuno, empezó a recibir una gran cantidad de notificaciones, y todas eran mensajes de Jisung. No necesitaba mirar para saber que era su amigo.
Pensó en llamarlo y así lo hizo, mientras esperaba a que su café estuviera listo en la máquina expresa.

The boy is mine. [Minsung] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora