O8 (pt 2/2 +18¡!)

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Aviso: contenido +18. Habrán más abajo, escenas algo explícitas y heterosexuales, por lo que si no te gustan, te pido amablemente que te retires para evitar malos comentarios.





Minho miró a su lado, Felix se encontraba ahí y ya estaba plácidamente dormido. Soltó un gruñido por lo bajo, tapando sus ojos con su diestra. No podía creer que para haber obtenido una erección tuvo que imaginarse el cuerpo de Jisung para poder lograrlo. Era bastante vergonzoso ahora que lo pensaba con razonamiento y consciencia, pero era mejor eso a tener que decirle al rubio que no se sentía excitado con él.

Algo adolorido se levantó de la cama dejando al muchacho solo y se dió una corta y rápida ducha con agua helada a pesar del frío clima. Se vistió rápido con un pantalón deportivo junto a una camisa leñadora unas tallas mayor que la suya y miró la hora en su teléfono; eran las siete de la tarde, casi noche.
Sus ojos se abrieron como platos, recordando que le había prometido a Jisung que en la tarde iría de nuevo a verlo y cuidarlo, sabiendo que el menor se enojaba con él cuando no cumplía por andarse revolcando con algún chico por ahí.
Miró a Felix y ya estaba despertándose, por lo que fué rápido y le avisó que debía irse.


—Lixie, tengo que irme, Sung me necesita.

—vale, está bien—respondió el chico, vistiendose ágilmente y colocandose sus zapatillas con rapidez.


Ambos abandonaron el departamento del mayor y Minho primero fué a dejar a Felix a su casa para luego dirigirse a la casa de su amigo.

Apenas llegó, lo más rápido que pudo cerró el auto poniéndole seguro y en cuestión de instantes ya estaba tocando el timbre.
La puerta fué abierta por la señora Han, quien lo recibió con un cálido abrazo.


—gracias por venir, tesoro. Jisung ha estado en su cuarto todo el día y no quiere aceptar mis cuidados porque quiere los tuyos—rió divertida, negando. Minho rascó su nuca soltando una risa nerviosa y corrió escaleras arriba.


Al abrir la puerta (sin tocar como de costumbre) encontró a Jisung viendo su teléfono, al parecer escuchando música con sus audífonos. Cerró la puerta y el menor recién notó su presencia.

¿Y éste quién se cree? ¿En dónde mierda ha estado en todo el jodido día? Pensó Han con rabia. Su mente ya había maquinado cualquier posible junta con ese extranjero y no le agradaban para nada esos pensamientos.

Minho tomó asiento en la punta de su cama, soltando un amigable 'Hola' acompañado de una sonrisa algo nerviosa.


—hola. ¿En dónde estabas?—preguntó, yendo directo al grano. Minho tragó duro, pero no demostró más que neutralidad en su rostro.

—en mi departamento. ¿En dónde más?

—bueno. Te he estado esperando...—puchereó. Minho rió negando, no podía ser que esa carita lo hiciera ceder ante todo.

—y aquí estoy, Hannie, tranquilo.

Jisung abrió sus brazos, encendiendo la lamparita ubicada en el velador, y Minho gustoso lo abrazó recostándose a su lado.

El menor sonrió contento, hundió su nariz en el suave y fino cabello de su mayor e inhaló ese aroma a shampoo que usaba el cual tanto amaba. Su mirada bajó a su cuello, su sonrisa desapareció de inmediato y como si de un corto circuito tratara sus ánimos desaparecieron al igual que la felicidad por tenerlo ahí entre sus brazos.
En un rápido movimiento dejó de abrazarlo y Minho por supuesto notó aquella repentina acción.


—¿Estabas... ¿Estabas con él, cierto?

Minho confundido, pero luego entendiendo se levantó para mirarlo.

The boy is mine. [Minsung] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora