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El sábado llovió prácticamente todo el día. Estaban anunciadas lluvias desde ese día hasta el Martes en Busan y en Seúl. Aún así esto no fue impedimento para que Minho y sus primos, junto a otros dos amigos que hicieron en la fiesta del viernes fueran al cine a ver Spiderman a través del Spider-Verso.
Se juntaron todos en el lugar y compraron butacas juntas al centro de la sala, también compraron muchísima comida para no pasar hambre en ningún segundo de toda la película.
Trataron de darle una buena despedida a Minho, que ya se iría el Domingo a medio día. Juyeon y Sungchan se habían acostumbrado a la presencia de su hyung en la casa, mientras que Hyunjin quería seguir hablando con Minho.

Después de haber visto la película cuando ya volvieron a casa, Minho intentó descansar bastante para llegar con energías a Seúl e ir a visitar a su Jisung el mismo día de su regreso.
Estuvo encerrado en su habitación hablando por videollamada con el menor, que justo cuando lo llamó se había terminado de duchar. Pudo ver su cuerpo, su semi-marcado abdomen, su pequeña cintura. Todas sus perdiciones en una sola persona, Jisung.

—Eres tan precioso, Sung. —Lo elogió, silvando. El menor rió con un poco de timidez mientras se vestía frente a la cámara del celular, abotonando su camisa que en realidad le pertenecía a Minho.

—Y tú eres hermoso... ¿A qué hora llegas mañana, Honnie? —Preguntó Han, colocándose un cinturón para después sentarse frente a su teléfono para hablar mejor con su mayor.

El castaño suspiró acomodándose con pereza en la cama.

—Estaré allá como a las siete de la tarde, supongo. En realidad llego a las seis pero obviamente descansaré un poquito, ya sabes lo dormilón que soy. —Rió despacio, y Jisung rió con él estando de acuerdo con eso.

—Bueno, te esperaré con muchas ganas. Extraño tus besos, me hacen mucha falta. —Le contó, jugando con la paleta de caramelo que tenía en su boca.

El mayor suspiró al verlo.

—También extraño tus besos, los necesito.

El pelinegro sonrió contento con esa respuesta, y desabotonó los primeros botones de la camisa, dejando lucir parte de su pecho.

Después de haber hablado un rato más, Jisung le deseó un muy buen viaje, que llegara bien a Seúl.
Ya era algo tarde, y debía dormir para poder tener un buen viaje. Sus últimos pensamientos fueron los bonitos labios que tenía su chico, y en lo mucho que extrañaba sentirlos y degustarlos.
Jisung también extrañaba a Minho, y lo necesitaba con él. El tiempo en su ausencia le ayudó mucho a tener bien en claro lo muy enamorado que está.




🌧️




Minho se fue en el avión junto a Hyunjin, algo que le alegraba pues viajar solo con su mamá era un poquitito aburrido.
Se sentaron juntos en la ventana y se fueron hablando divertidamente hasta que el avión despegó por completo, porque tiempo después Minho cayó dormido.

Al pasar media hora, despertó, y vio a Hyunjin cabeceando.

—Si no encuentras comodidad, puedes apoyar tu cabeza en mi. —Le ofreció amablemente, y eso bastó para que Hyunjin con gusto se acomodara en su hombro, cerrando esta vez plácidamente sus ojos.

—Gracias, Hyung.

Él solo le sonrió como respuesta antes de ponerse sus audífonos mientras recargaba su cabeza en la ventana.
Ir volando sobre las nubes daba una imagen hermosa del cielo, como si esas nubes fuera un enorme campo.
Después de hora y media de viaje, tiempo que no tardó mucho en transcurrir, el avión había aterrizado y la azafata cruzó todo el pasillo hasta el fondo del avión anunciando a los pasajeros que el viaje ya había dado fin y que debían llevarse todas sus pertenencias.
Hyunjin se despertó y desabrochó el cinturón de seguridad, levantándose con agotamiento. Estiró sus brazos y bostezó, observando a Minho que estaba guardando su libro de lectura en su mochila.

The boy is mine. [Minsung] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora