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Minho se había ido a su departamento después de haber cenado con Jisung y haber estado compartiendo un buen rato con él. Lo había extrañado y ya se sentía satisfecho con todos los besos que le dió, los besos que recibió y por supuesto que lo demás también. Aún así volvió a casa porque debía ayudar a su mamá a desempacar sus cosas y las cosas nuevas que habían llevado.
Su mamá lo esperaba con una ceja alzada, sospechaba de que algo más ocurría entre su hijo y Jisung que solo una amistad. Siempre había notado que Minho estaba enamorado de ese chico y desde hace mucho tiempo, específicamente cuando eran aún adolescentes, pero nunca en ningún momento había resultado nada pues se sabía que Jisung era hetero. Pero también sabía que su Minho era tan encantador que podría dar vuelta a cualquiera.
Cuando lo vio entrar por la puerta lo abrazó y luego lo miró como analizándolo.

—Hijo... sabes que puedes decirme cualquier cosa, ¿Cierto?

Minho la miró entrecerrando sus ojos, ya sabiendo a donde iba aquella actitud de la mujer.

—Si, lo se mamá. —Contestó él.

—Bien, directo al grano. ¿Pasa algo entre tú y Jisung?

Minho rió sonrojándose desviando la mirada, y asintió sin pensarlo. Quizás conversar con su madre le ayude en muchos aspectos con su actual vida amorosa.

—Pues... Estamos en algo, se podría decir. —Comenzó a explicar, mientras empezaban a ordenar las cosas en la casa.

Su madre dio un gritito de emoción, contenta al haber escuchado eso. Le alegraba que las cosas le resultaran a su hijo.

—Eso es muy bueno. ¿Cómo pasó? Porque, recuerdo que ese chico era hetero.

Minho le contó absolutamente todo hasta el día de hoy, esta vez sin ocultar ni omitir ninguna parte. Le contó sobre los celos que antes le eran inexplicables se Jisung cuando aún eran solamente amigos, le contó cómo fue su primer beso y cómo fueron las demás cosas. Obviamente exceptuando que hace unas horas atrás le había dado duro como cajón que no cierra.
Hay cosas que hay que evitar por el bienestar mental de nuestras madres.
       Y cómo era de esperarse, la señora le dio buenos consejos, pidiéndole que cuidara su propio corazón porque valía muchísimo, y que no quería ver a su adorado y único hijo sufrir por un amor que no diera frutos. Minho la abrazó con mucho cariño, sintiéndose agradecido de tener su apoyo.

Después de haber ordenado absolutamente todo, pidieron una pizza porque la señora no tenía ganas de preparar la cena.
Como Minho ya había cenado con Jisung, solo comió un trozo.
Ya se había hecho tarde por lo que subió a su habitación para al fin poder dormir más de un par de horas. Mientras tomó asiento en su cama, su celular empezó a vibrar varias veces hasta que por curiosidad lo tomó. Eran mensajes del grupo de amigos de la universidad, el cual tenía como fin anunciar fiestas más o menos masivas ya que asistían varios cursos universitarios.
Por lo que leyó, se celebrarían las vacaciones.
Sonrió un poco, y decidió confirmar que asistiría, después de todo no le vendría mal pasarla bien antes de vacacionar en la playa o en otros lugares que tenía pensado.

Tras haber enviado el mensaje de confirmación, vio dentro de poco a Jisung confirmar también, haciéndolo reír.

Mientras tanto, Jisung leía un cómic de Marvel acostado en su cama. Vio en la barra de notificaciones de su celular que Minho había interactuado en el grupo de fiestas, y no pudo evitar dejar lo que estaba leyendo para ver qué pasaba.
Al parecer iba a haber una fiesta, y su mayor iría. ¡Claramente él también debía ir! Ahora que las cosas entre Minho y él eran diferentes, con respecto a que ya tenían algo, quería cuidarlo más que a nadie en el mundo, pues temía que alguien se lo quitara.
Odiaba tener pensamientos celosos impulsivos, sobre todo porque sabía que Minho lo amaba y que era imposible que eso cambiara de la noche a la mañana o en una fiesta común y corriente. Pero estaba en su instinto de amante ser así de celoso, o al menos lo empezó a ser desde que Minho conquistó profundamente su corazón por completo.

The boy is mine. [Minsung] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora