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Llegaron a la azotea, y Minho caminó detrás de Jisung, este lo llevaba de la mano. No tardaron de hacerse notar las luces cálidas, las mantas y almohadas en el suelo, pero lo mejor era el telescopio que estaba ahí, como objeto principal.
Minho estaba impresionado, y miró a Jisung, este mordía sus labios ansioso, esperando la reacción.

—Ji-Jisung... ¿Tú...

—Feliz cumpleaños, Honnie. —Sonrió y abrazó al mayor. —Ven, si nos sentamos en las mantas no te asustarán las alturas porque solo verás el cielo.

Minho no tenía palabras, pero de inmediato siguió a Jisung y se sentaron. El menor cubrió las piernas del pelimorado con las mantas, acobijándolo, e hizo lo mismo consigo mismo.

—Jisung... Muchísimas gracias, no debiste molestarte en este regalo. —Murmuró apenado, echándole un vistazo al telescopio.

—Haría todo por tí. Anda, mira por el lente.

El mayor sonrió con emoción y observó el cielo por el telescopio, pudiendo ver con una excelente calidad y sumamente cerca a la Luna, que afortunadamente se encontraba llena.

—¡Se ve genial! Mira.

Jisung rió por lo tierno que se veía Minho, y se acercó para observar también.

—Está hermosa... me gusta mucho el radiante brillo que tiene, tan pura y auténtica.

—Como tú. —Comentó suavemente Minho, y Jisung solo sonrió sin quitar su ojo del telescopio, sintiendo su cara arder por completo.

Minho le causaba ganas de gritar y chillar.

—Podríamos ver estrellas... ¿Cierto?

Han asintió, acomodándose a un lado para que el mayor pudiera mirar.

—Busca alguna estrella grande, son planetas supongo. Soy un poco ignorante en esto. —Rió, haciendo reír también al mayor.

—Vale... Veamos qué hay.


Minho estaba anonadado con la belleza del cielo nocturno, el telescopio tenía sus ojos encandilados pero de hermosura. Mientras observaba a gran detalle las constelaciones que estaban cerca, Jisung comía un paquete de galletas, teniendo sus ojos anclados en el rostro del mayor.

—Minho... Quiero que sepas que, eres el chico más especial en mi vida. —Habló Han, luego de tragar una galleta. El nombrado quitó su ojo del lente y lo miró con una pequeña sonrisita. —Mi adoración hacia ti pareciera no tener límite, porque cada vez me das un motivo más para amarte.

Minho tomó la mano de Jisung, sintiéndose enternecido por las bonitas palabras que le estaba diciendo.

—Antes de conocerte, no creía poder conectar tan bien con una persona, hasta que llegaste tú demostrándome que era posible. —Agregó, entrelazando sus dedos con los de Minho. —No podría dejar ir a mi alma gemela, porque eso significaría que habría desperdiciado la oportunidad de conocerte. Lo que más deseo diariamente, es permanecer a tu lado para siempre, aunque esa palabra no sea verídica.

El mayor sentía sus ojos picar, pero de alegría y amor.
Nunca antes había conocido a un ser tan bello y maravilloso como lo era Jisung, y se sentía tan feliz de que estuvieran juntos, aunque no fuera de la forma romántica. Agradecía infinitamente que Han formara parte de su vida, poder compartir con él casi todos los días, compartir gustos, tener el mismo humor, y muchas cosas más que lo hacían confirmar que Jisung definitivamente era su alma gemela. Ambos lo sabían, ambos se definían así, y pase lo que pase, permanecerían juntos, o eso anhelaba.

The boy is mine. [Minsung] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora