CATORCE

19 3 0
                                    

-De lo que ha pasado ni una palabra a mi hermano ni a Kattia. Sobre todo a la segunda. -le dejo bien clarito a Dylan.

-¿Y eso por qué? -pregunta agarrándome de la cintura y montandome en la tabla.

-Es una historia un poco larga, pero te la voy a contar igual. Desde el primer momento, Kattia estaba obsesionada con que... Con qué... Yo...

-¿Tú qué?

-Que yo... -suspiro y me aguanto una risa nerviosa. -Con que yo te "seduzca", como ella dice. -aparto la mirada con las mejillas rojas, seguramente.

Su risa es la que me hace volver a mirarlo.

-Esa tía no tiene remedio. -dice y apoya los brazos en la tabla, entre mis piernas. Trago saliva justo antes de que vuelva a hablar. -Bueno, pues lo has conseguido, me has seducido.

-Yo no te he seducido. -refunfuño con el ceño fruncido.

-¿Ah no? ¿Y por qué me siento seducido?

-Tú sabrás, yo no he hecho nada para seducirte.

-Pero lo has hecho.

-Que pesado. -comento alzando la vista al cielo. -Yo no te he seducido y punto.

Lo miro ante su silencio y lo encuentro observandome con una sonrisa tonta. Verlo mírame así me gusta pero a la vez... No.

-No me mires así.

-¿Así cómo?

-Pues... Como me estás mirando.

No responde, pero tampoco deja de mirarme como un idiota.

(...)

-Por fin. -dice Kattia levantándose de la toalla. -Quedate aquí con las cosas, nosotros nos vamos al agua.

Asiento y me siento en mi toalla. Mi hermano me llama y lo miro con los ojos entrecerrados por el sol.

-¿Donde esta Dylan?

-Ha ido a visitar a la sirenita, se ve que es su prima lejana. -ironizo, de verdad que a ese tío no hay quien lo saqué del puto agua.

Mi hermano se ríe y empieza a andar rápido para alcanzar a Kattia que va ya camino a el agua. Sonrío cuando veo que al llegar hasta ella se la sube al hombro y corre hacia el agua. Las risas y gritos de Kattia es escuchan desde aquí.

Me alegra muchísimo que mi hermano sea capaz de querer sin problema, no como yo.

(...)

Abro los ojos cuando siento que me cae una gota en el brazo. Ahí está, mirándome como un loco desde arriba mientras yo estoy tumbada en la toalla.

-Dylan, la gracia de tomar el sol es que me dé el puto sol, y tu cuerpo de gorila lo está impidiendo.

Sonríe y se sienta en la arena al lado de mi cuerpo.

-Eso de cuerpo de gorila... ¿Iba a buenas o a malas?

-Obviamente que a malas.

Suspira y se ríe.

-¿Cómo puedo conseguir que me hables bien? -pregunta.

Giro mi cabeza para mirarlo con una sonrisa.

-Comprame un helado de nube y soy amable contigo durante todo el día. -bromeo.

-Eso está hecho. -se levanta y se sacude la arena del culo. -¿De nube, has dicho?

Me siento en la toalla y lo miro sorprendida.

-Era broma, Dylan.

-Ya bueno... Entre broma y broma...

BAILANDO SOBRE EL MAR ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora