OCHO

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Increíble.

sonrío.

Ha dicho que soy increíble.

Aparto la mirada y le doy play a la película otra vez, como una clara señal de que quiero que dejemos de hablar.

Lo escucho suspira demasiado fuerte, pero lo ignoro.

Un par de minutos después escuchamos la puerta de casa abrirse y tras eso, las risas de Carlos y Kattia inundar la casa.

Están borrachos, claramente.

Paro la película y miro a Dylan que ya me estaba mirando.

—Por favor le pido a Dios que no se pongan a follar ahora. —susurro acercándome un poco a él para que pueda escucharme.

—Recemos. —hace lo mismo que yo; susurra acercándose a mi para que lo escuche.

Lo miro con una sonrisa. Esperamos un par de minutos y escuchamos como se meten en su habitación.

Por ahora no se escucha nada raro...

Esperamos un poco más y cuando no empezamos a escuchar sonidos sospechosos nos relajamos y seguimos viendo la película.

(...)

Sollozos.

Escucho sollozos.

—¿Mamá? ¿Estas bien?

Camino hasta mamá, que está tirada en el suelo llorando y gritando como si estuviera siendo torturada.

—¿Mamá?

De repente mi madre se levanta muy rápido, asustandome, y empieza a caminar hacia mi de una forma aterradora.

—¿Mamá?

—Por tu culpa está muerto, y ahora yo haré lo mismo contigo. Mereces morir, eres una mala persona que solo hace daño. Por tu culpa él está muerto ¡Muerto! 

Me gustaría decirle que no es mi culpa, que ella está demasiado dolida para ver la realidad, pero no puedo. Estoy demasiado asustada como para poder hablar.

—Ojala fueras tú la que estuviera muerta. —dice mamá con toda la rabia del mundo.

Se acerca aún más a mi...

Despierto con los ojos muy abiertos y llenos de lágrimas.

Trato de calmar mi respiración pero lloro. Lloro sin parar.

Por suerte hoy no me he despertado gritando. Al menos no he molestado a Carlos y a Kattia.

Continuo llorando abrazándome las rodillas sudorosas. Lloro por la pesadilla. Lloro porque en el fondo sé que mi madre tiene razón. Lloro porque mi madre me odia. Pero sobre todo lloro porque eso no era una pesadilla, era un recuerdo. Eso pasó de verdad.

Joder, mi madre me quería matar. Mi propia madre. La persona a la que yo más quiero y la que se supone debería quererme a mi más que cualquier otra persona.

Lloro y lloro. Y entonces lo veo. A pesar de las lágrimas y de la oscuridad veo un papelito en la mesita de noche.

Lo cojo y lo leo.

Que sepas que babeas cuando duermes.

-Dylan

Y así es como en toda esta mierda y todas estas lágrimas, sonrío.

Pero no una sonrisa normal, no. Sino una de esas que parece que te va a partir la cara y te duelen las mejillas.

BAILANDO SOBRE EL MAR ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora