Ni lo Uno, Ni lo Otro.

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Ni bien regresaron a casa su rutina volvió a establecerse, la de Navarrete por supuesto, Altagracia estaba lidiando con un montón de cosas después de haber estado fuera en días tan importantes, fue complicado explicarle a Aliyah porque sus papás h...

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Ni bien regresaron a casa su rutina volvió a establecerse, la de Navarrete por supuesto, Altagracia estaba lidiando con un montón de cosas después de haber estado fuera en días tan importantes, fue complicado explicarle a Aliyah porque sus papás habían desaparecido juntos pero no podían darle la versión original como a los mayores quienes se preocuparon un montón después de eso pero José Luís ya estaba trabajando para mejorar la seguridad.

El resto de la semana él no tuvo mucho contacto con Altagracia pues se encontraba sumergida en su empresa, así fue hasta que descubrió que pensaba reunirse con uno de sus amantes, obviamente le arruino los planes al citarla por un "tema importante" en uno de sus departamentos, ella fue pues se suponía que Aliyah estaba bajo su cuidado pero ni bien cayó en cuenta de lo que estaba pasando se enojo y bastante.




– ¿Qué quieres?

– ¿Cómo "que quiero"? Altagracia no puedo creer que a penas pasara una semana y ya vas con otro

– ¿Me vas a decir que tú no te encontraste con nadie más? — cruza los brazos — ¿Vas a empezar con mentiras?

– Yo... ese no es el tema en cuestión

– ¿¡Ah no!? Osea que tú puedes ir y meterte con quien quiera y yo no ¡Que sin vergüenza eres!

– Tú me ignoraste toda la semana ¿Qué esperabas que hiciera?

– ¡Estaba encargandome de mi constructora! Es mi sustento Luís, es la herencia de mis hijas, no estaba jugando

– ¡Hablas como si tus negocios sucios no te dieran más ingresos!

– ¡Claro que me dan más ingresos! ¡Pero la tapadera de esos ingresos es mi constructora! Tengo que hacer todo bien para que hacienda no se dé cuenta de mis grandes ingresos ¿Crees que quiero volver a la cárcel?

– ¿Qué te costaba hablar unos cinco minutos conmigo? ¿¡Ah!? Tuvimos algo maravilloso en ese pueblo y nada más lo dejaste pasar

– ¿Lo deje pasar? ¡Fue cosa de una noche! Además... ¿Tengo que hacerlo todo yo? Si tanto querías hablarlo podías haber echo una cita para que no hubiera otras cosas que nos impidieran hablar bien del asunto ¡Pero no! Estás tan acostumbrado a que todo te llueva del cielo que te enojas cuando no pasa

– ¡No me provoques! — la toma del cuello nada más para callarla, ya sus manos fueron descendiendo hasta su cintura — Basta

– ¿Basta? Eres tú quien me trajo aquí en base de mentiras, arruinaste mi cita y todavía te pones a reclamarme  

– ¿En serio creíste que te dejaría reunirte con ese imbécil? — la pega contra su cuerpo

– Ni siquiera lo conoces

– No necesito hacerlo para saber que es un imbécil

– Sueltame ahora

– ¿O qué? ¿Qué vas hacer?

Barrotes De AceroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora