Un par de días después de que Altagracia tuviera ese percance con su ropa, decidió hacer un par de compras, no pensaba ir mucho a la oficina así que debería bastar, hoy temprano en la mañana Mónica pasaría a buscarla para ir juntas a la constructora, debían hacer un par de cosas rápidas ahí para luego ir a la construcción de uno de los edificios importantes que estaba a cargo de la constructora. Se podría decir que estos edificios eran como los bebés de Altagracia, ella estaba muy emocionada por asistir, tanto que el problema con su guardarropa no iba a opacar esta mañana.
Se compró un pantalón de vestir negro bien suelto en las piernas, le gustaba que sus pantalones tuvieran movimiento al caminar, además era más cómodo y elegante, este era dos tallas encima a la que solía usar, tuvo que aumentarla porque todo se concentraba en el área del útero, justo donde te abrochas los botones, decidió hacerse un favor y no comenzar a aplastar su vejiga con un pantalón apretado también, lastimosamente había otro problema, sus blusas no querían quedarse dentro del pantalón, no le quedó de otra más que usar un body naranja claro que aparentaba el aspecto de una blusa.
Se puso unos tacones cerrados, su peluca roja, un buen collar y se llevó un saco negro que tenía las mangas y la espalda con unos diseños en rombo que lo hacían ver diferente pero no dejaba de ser formal, bajo a desayunar con Aliyah quien ya iba para la guardería también, este embarazo era diferente al último, si todavía se mareaba y vomitaba pero eso no le impedía que su cuerpo adoptará la nueva forma, con Aliyah si la tuvo bien difícil porque nada se le quedaba en el estómago, ahora era un poquito más tolerante con la comida y encima tenía antojos.
– ¡Buenos días! — entro al comedor — Vengo a desayunar con las dos
– Aliyah se está por ir así que desayunaras conmigo — besa las mejillas de la pequeña quitandole enseguida el rastro de labial — Ay ya te manche, debí dejarlo para el final
– ¡Mami!
– Ya te lo quite mi amor, anda dame mis besos para que puedas ir
Aliyah se abalanzó a su brazos para darle un fuerte abrazo acompañado de muchos besos, repitió la misma acción con su hermana y luego se fue con Matamoros a la guardería.
– ¿Panqueques? ¿Vas a desayunar panqueques?
– Para que no seas pesada, les puse fruta
– Y mucha miel también
– ¡Mónica! Voy a engordar de todos modos, déjame ser feliz otro par de minutos
– No lo digo porque vayas a engordar, mamá me preocupas, estás cediendo mucho a tus antojos, luego te me enfermas por comer tanta porquería
– No hables mucho que también te la comes — advirtió
– Pero yo no tengo dos personitas... bueno una y otra en proceso, a mi cuidado
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Barrotes De Acero
LosoweOh barrotes! Fríos, tan fríos cómo tus manos cuando soltaron las mías. Delgados cómo tus lindos labios. Pero fuertes cómo la espada que clavaste en mi costado, el día que me traicionaste.