Como ya saben, al principio termine en una prisión de mala muerte pero está no era tan mala saben, definitivamente no me quedaría para siempre pero, admito que para pasar el rato; aunque sea obligada. No está tan mal, bueno debes cuidarte de que no te apuñalen con un destornillador o algún cepillo de dientes al que sacaron filo pero por lo menos no dormía con ratas.
Debido a mis crímenes y a que los celadores me temían, me exportaron a los Estados Unidos a una prisión digamos que de máxima seguridad por fuera claro, ya que dentro yo era la dueña y señora de todo, la corrupción que recorría aquellos pasillos era tanta que México parecía inocente a su lado, de verdad, yo sé que causa algo de risa pero les juro que no es mentira.
Venta de droga por aquí y por allá, mercadería entraba y salía, la prostitución ni que decir. Los favores te costaban muy caros también ¿debes dinero? ¡Ah bueno! Te vuelves sirvienta de la que prestaste, bueno eso es en el mejor de los casos; sino tienes otras dos opciones: pagas o mueres ¡tan sencillo!
Conseguir un celular también salía caro y eso sin contar que necesitabas crédito para hacer la llamada ¿cómo conseguías el dinero? En prisión hay ciertos trabajitos que puedes hacer, ya saben jardinería, herrería, mecánica, carpintería y otras cosas más que terminan en "ría". Luego estaba el oficio más antiguo de todos... la prostitución pero no siempre podrías sacar buen dinero ahí, la que tenga más fuerza que tú te somete y ahí quedaste.
Está prisión tiene varios módulos para dividir a las presas por categoría. A1 las inofensivas hasta que el lindo carácter se termina, A2 las hijas de putas desalmadas, osea yo y A3, las que están por así decirlo... cerca de la redención y no lo digo porque ya están por salir libres, no, no, no. Las de A3 son las que pronto pasarán a reunirse con la deidad que crean, son las mujeres más peligrosas, se la pasan en aislamiento mientras esperan que dicten su sentencia a muerte.
Pero no todo es tan feo, tenemos una gran cafetería con las mesas y sillas soldadas al piso para evitar peleas, chorlas de metal y los cubiertos de plástico al igual que el maldito vaso, un patio enorme con un aro de basket, muchas pelotas. Una biblioteca andante por lo menos tienen buenos libros, los baños no son tan asquerosos como los que suelen pintar las series de televisión.
Claro que en las duchas no tienes privacidad porque no hay puertas, en nuestras celdas no hay baño. De hecho podemos salir de ellas si necesitamos ir al baño durante la noche, todo estaba bien monitoreado por las cámaras de seguridad que estan en todas partes, menos las celdas y el baño, lo siguiente es la lavandería, está tan bien equipada que cualquier ama de casa se sentiría en el paraíso si la viera.
Otra cosa que olvide mencionar era la enfermería, ese lugar si es una auténtica porquería pero al menos era el sitio perfecto para esconderte si no querías cumplir con alguna de tus labores diarias, por supuesto había cierto costo que pagar, dependiendo del tiempo en el que querías pasar ahí, las tarifas iban desde sexo oral, anal y el convencional.
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Barrotes De Acero
De TodoOh barrotes! Fríos, tan fríos cómo tus manos cuando soltaron las mías. Delgados cómo tus lindos labios. Pero fuertes cómo la espada que clavaste en mi costado, el día que me traicionaste.