Mientras las dos eran socorridas a Navarrete acababa de recibir una de las peores llamadas en su vida, el responsable de que las dos ahora estuvieran de camino a un hospital se había comunicado para informarle de su gran hazaña con una gran satisfacción.
– Incendie el edificio con tu mujer dentro
– ¿Qué? — se puso de pie algo pálido
– Yo te lo advertí Navarrete, te dije que a mi no me ibas a joder nuevamente ¿Se te hizo chistoso quedarte con mi dinero no? Bueno... yo hice algo más orginal, para esta hora tu mujer y ese bastardito están llegando a las puertas del infierno, pagame lo que me debes o iré tras la niña también
Antes de que pudiera responderle, la llamada había finalizado, pronto la noticia de que la obra estaba en llamas llegó a mano de todo mundo, José Luís tomó sus cosas y corrió para allá, en medio del camino una enfermera se comunico con él para avisarle que Altagracia había sido ingresada hace no tanto, dio media vuelta y emprendió el viaje hasta el hospital.
<<>><<>><<>><<>><<>><<>><<>><<>><<
– Mamá perdóname — la abrazo
– ¿Cómo se te ocurre volver por unos papeles Mónica? — tose un poco — ¡Pudiste morir!
– Es que eran importantes... sé lo mucho que te costó lograr que aprobarán este proyecto, no quería que todo tu trabajo quedara literalmente en cenizas
– Ay Mónica...
Negó con la cabeza, las dos continuaban con la máscara de oxígeno en la cara, habían sido colocadas en el área de ingresos cada una en su cama pero Mónica se colo a la de Altagracia luego de que le dieran algo para el terrible dolor en el tobillo, que sospechaban estaba roto.
– No vuelvas a arriesgar tu vida por unos estúpidos papeles ¿Si? Yo... me asuste cuando no te vi detrás de mí
– Es que cuando nos separamos recordé los papeles y volví... creí que tú ibas hacerlo así que me adelante, estaba preocupada de que te fueras a meter directo de donde venía el humo mamá
– ¡Por Dios no! No voy a morir por unos papeles, se estaba quemando todo ahí, prométeme que no lo volverás hacer por favor, fue un riesgo absurdo, eres más importante que cualquier estúpido papel
– Siento mucho lo de tu tobillo
– Está bien, ya me dieron algo — sonríe relajada — Tenía la presión un poquito elevada así que me dieron un lindo calmante
– ¿Cómo está el bebé?
– En la ambulancia escuchamos su corazón, sonaba normal así que debe estar bien, en un momento vendrán para hacerme una ecografía — cierra los ojos — Aunque el calmante me da bastante sueño
ESTÁS LEYENDO
Barrotes De Acero
RandomOh barrotes! Fríos, tan fríos cómo tus manos cuando soltaron las mías. Delgados cómo tus lindos labios. Pero fuertes cómo la espada que clavaste en mi costado, el día que me traicionaste.