Chapter 15

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- Podemos hacerlo por las buenas o puedes hacerte el difícil - dijo Lyra mientras Alan Potter le miraba desafiante.

- ¿Por qué probarlo en mi? - Alan no podía dejar de observarla. Aquella joven era su misma madre pero la versión que veía ahora era una chica hermosa, muy parecida a Cassiopeia. Le faltaban algunos centímetros para alcanzar su estatura final pero la mirada arrogante y llena de seguridad con la que le miraba solo le llenaba de un sentimiento dónde quería correr a sus brazos y abrazarle, protegerle.

- No lo se. Debe ser porque eres guapo, me parece que ganaste el concurso de belleza y este es tu premio - la pelinegra agitó el pequeño frasco frente a su cara y este solo alzó una ceja.

- Lyra, por Circe - se quejó Jacob quien parecía contrariado.

- ¡¿Que?! - Lyra se giró hacia él y se encogió de hombros - Todo esto es una locura, ¿que acaso no puedo hacer del tonto con el chico sin nombre? Además ya tendré tiempo de seguir riñendoles. Traidores.

Para sorpresa de Lyra, Leo se había soltado de las cuerdas mágicas cosa que le dejó boquiabierta pero logro reaccionar rápido. Sin embargo, el hombre rubio se hizo de la varita que ella tenía en el bolsillo de su túnica, usando solo su mano para atraerla. Ambos se apuntaban el uno al otro mientras que tras Lyra, todos apuntaban hacia Leo asegurándose que la pelinegra estuviese protegida por todos los flancos.

- No te haré nada Lyra, se que estos son tiempos difíciles pero, no tienes porque usar Veritaserum en ninguno.

Ambos hermanos, Alan y Sirius se miraron por unos segundos. ¿Acaso Leo sacrificaría la verdad? Alan estaba seguro que podría resistir los efectos de la poción, su madre le había enseñado como al igual que a Sirius pero, ¿hasta donde podría soportarlo? Leo lo sabía. Conocía los límites de sus sobrinos y sobretodo los de Lyra.

- Se que tienes miedo, todos lo tenemos. Pero el hechizo que hiciste sobre esta casa aún permanece vigente en el futuro. Solo un miembro vivo de la familia Black puede adentrarse y dar permiso a otros, ¿no es cierto? No sirve tomar un poco de sangre y estoy seguro que conoces a tu propia familia. Preferiría morir antes que traicionar a alguno de los míos - las palabras de Leo sonaban llenas de seguridad - No puedo leer tu mente pero se lo que piensas. No ganas nada siendo la tirana. Siempre has dicho que va en contra de tus principios forzar la verdad, ¿no es así?

Lyra dudo un momento. Los ojos de Leo eran del mismo color que los de su padre y aquella manera de hablarle sonaba tan parecida a la de él que sintió un nudo en el estómago. Leo tenía razón. Odiaba aquello pero pensaba que quizás era la única manera.

- Creo que debo presentarme formalmente. Soy Leo Jonathan Black, el hermano menor de Lyra Black e hijo de Sirius y Annabelle Black - Leo bajó su varita y la dejo sobre la mesa - Nací en esta casa y también crecí aquí. Tengo veintinueve años, así que podrás hacete una idea del año del que he venido. El chico de allá es Sirius, supongo que el parecido te recordará de dónde viene y él castaño - señaló mientras ambos jóvenes le miraban nerviosos - su nombre es Albus, a quien supongo has reconocido con más facilidad.

- Se que quieres saber algo importante - hablo está vez Sirius - pero después que escuches todo lo que debes saber, entenderás que hay cosas que quizá es mejor dejar que sucedan según su curso original.

Esta vez, Harry y Lyra compartieron una mirada por un instante. La ojigris tenía miedo de que la verdad le golpeara inclemente si resultaba que aquel muchacho de ojos verdes no tenía nada que ver con ella. La pelinegra bajó su varita y suspiró.

- Cassiopeia, Sirius y tú van a venir conmigo ahora - dijo Lyra con una voz fuerte - Pueden llamarlo una reunión familiar.

- Iré contigo - Lyra se giró y observó a su madre quien estaba pálida viendo a Sirius quien le marico la mirada - también quiero escuchar lo que tengan que decir.

Los Merodeadores - El último CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora