Orion no recordaba la última vez que la gran mansión Black parecía tan revolucionada. Quizás la última vez había sido bajo la supuesta muerte de Regulus. Podía recordarlo como si fuese una memoria de hacía solo unas horas, aún podía sentir la garganta arder de todas las cosas que no había podido decir en ese instante pero que Walburga había demostrado mientras casi destruía la casa en su propio dolor.
— No puede ser cierto.
— Tía Walburga, la verdad está dicha — soltó con frialdad Bellatrix — Ha sido la escoria que lo ha asesinado, no hemos encontrado su cuerpo. Van varios días que...
— ¡Mientes Bellatrix! — gritó Walburga mientras le apuntaba con su varita aunque la más joven no se inmutó.
— ¿Me llamas mentirosa? ¿A mí? Es como llamar mentiroso a nuestro Señor. ¿En serio quieres estar del lado equivocado en este preciso instante? — preguntó con descaro la castaña — Regulus está muerto y solo hay una forma de verificarlo, ¿has visto el tapiz?
— No veré el tapiz — gruñó Walburga mientras Orion a su lado trataba de mantenerse en u a pieza al mirarle — Mi hijo debe estar en manos de alguien y ustedes malditos incompetentes no...
— Regulus es débil, tía — insistió Bellatrix con una media sonrisa maquiavélica — Lo sabes. Nunca tuvo realmente una oportunidad y te puedo asegurar que no usaremos nuestras fuerzas para rescatar a ese pequeño debilucho. Debiste criar mejor a tus hijos, ¿no te parece tía? Uno débil y otro traidor.
Orion podía ver el rostro de su esposa, ella tenía aquella misma expresión de Sirius, una llena de molestia, ira y quizás decepción. Bellatrix les había dado una última mirada antes de dejar Grimmauld Place y tras ella un silencio solo roto por el repentino sollozo de Walburga quien se había aferrado a sus piernas.
— Orion, Regulus...
— La maldita bastarda de tu sobrina tiene razón, solo hay una manera.
— Ella miente. Lo he visto en sus ojos — Orión se había quedado a su altura, ambos de rodillas en el frío suelo. Los ojos grises de Walburga estaban como dos mares enfurecidos, oscuros, llenos de desgracia — Esa mocosa engreída nos miente. Mi Regulus no ha muerto luchando contra los traidores, ha Sido uno de los nuestros y el Señor Tenebroso lo ha permitido, nos ha traicionado.
— Quizás si buscamos a Sirius...
— ¿Qué haría él? — preguntó ella mientras le golpeaba el pecho llena de frustración — Se fue de esta maldita casa sin mirar atrás, Orion. ¿Que te hace pensar que nos recibirá para preguntarle por Regulus?
— Porque tu misma escuchaste sus palabras antes de irse de Grimmauld Place, fueron hacia Regulus. Él, por más que nos odie, aún se preocupa por su hermano, de la misma manera que tú lo haces por Alphard, ¿no es así? — sentenció Orion tomando sus mejillas con delicadeza — Ambos son idénticos, tu y Sirius por más que quieras rechazar eso. Sirius encontraría a Regulus vivo o muerto, pero lo traería a esta casa para ser sepultado como uno de los nuestros.
— No puede estar muerto, es...es nuestra última oportunidad de...
— ¿De que Walburga? — los ojos oscuros de Orion se mantenían fijos en los de su esposa mientras ella intentaba separarse de su agarre aunque él se lo dejaba difícil — ¡Dime! ¿De qué sería una oportunidad? Sirius tenía razón después de todo y Regulus ha terminado muerto. Quizás...
— ¡No lo digas! Hemos...hemos crecido bajo el mismo credo, Orion. Tu y yo tenemos la misma sangre corriendo por nuestras venas — dijo con tanta fuerza que Orion le soltó como si ardiera — Hemos hecho lo impensable para que nuestro apellido y nuestro legado sobreviva a pesar de todo. ¡Nuestra maldita familia está en juego!
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Los Merodeadores - El último Camino
FanficEl que no debe ser nombrado no es la única amenaza del mundo mágico. Alguien tan despiadado como él desata el caos en un continente diferente, esparciendo el mal. Muy pronto ambos destinos están por encontrarse, pero Harry Potter y Lyra Black serán...