Chapter 18

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- Lyra, ¿podemos hablar?

La pelinegra se giró y se sorprendió al ver a Albus allí. Era realmente tan parecido a Harry que un pequeño suspiro salió de sus labios cuando él solamente cerró la puerta tras él sin esperar respuesta.

- Veo que no era una pregunta - Lyra se cruzó de brazos y le miró de arriba a abajo - No usas lentes.

- ¿Eso es un problema? - Albus le miró con un deje de preocupación pero ella cabeceó con una sonrisa.

- Es una bendición en realidad. Pero pensé que todos los Potter llevarían lentes en toda su descendencia. Lo que si veo es que no has escapado de ese terrible cabello despeinado - bromeó mientras se acercaba - ¿Que deseas hablar?

- Esta vez soy el mensajero. Sirius me ha enviado.

- Ah. ¿Mi futuro hijo tiene miedo de mi? - alzó una ceja. Albus se dió el lujo de sonreír. Aquello le causaba gracia, sobretodo porque Lyra era una joven perspicaz y ese rasgo lo conservaría aún en su madurez - Puedes decirle que no como personas y que aún no se me da eso de torturar. Un rasgo que definitivamente heredaron las mujeres de sangre Black y que probablemente conmigo se saltó una generación.

- No creo que tenga miedo, Lyra.

Ella le observó más de cerca y le hizo una seña para que se sentase con ella en el borde de la cama. Albus Potter era un joven apuesto con un gran parecido a su padre, sin embargo había algo en él que parecía diferente.

- ¿Entonces? Si no es miedo, ¿que le detiene de hablar conmigo? - inquirió con una expresión altiva.

- Para Sirius ha sido muy complicado superar que...que bueno. Su madre ha muerto - Albus suspiró y ella entendió todo - Supongo que verte es...

- Entiendo. No debes explicarme más. También es complicado para mí - admitió ella - Imagino como ha de sentirse. Mi padre murió hace poco tiempo y ver a Sirius...se parece mucho a mi padre. Hablaré con él en lo que termines de darme el mensaje. De cualquier forma puede verme como una amiga, ¿no? Al igual que tú y al igual que hace Cassiopeia. Sinceramente no sé mucho de como ser madre y solo tengo diecisiete años. Apenas y tengo práctica con el pequeño Leo.

Albus se moría de ganas de abrazarla. Envidiaba a Cassiopeia y a Sirius que tenían una excusa pero él, no tenía ninguna que usar a su favor.

- Serás una buena madre, puedo asegurartelo. En el futuro paso mucho tiempo en tu casa y puedo saberlo de primera mano - aquello era una mentira parcialmente, pero hizo que Lyra le sonriera y mantuviera su mirada fija - Eres auror, la mejor junto a mi padre de hecho. También decidí ser auror y eres mi entrenadora en la Academia.

- ¿Auror? - Albus asintió y ella soltó una pequeña carcajada. Entendía porque su padre se había enamorado completamente de ella y no pudo evitar sentir un deje de tristeza al pensarlo. Lyra tenía aquella hermosa sonrisa que hacía iluminar por un momento toda su expresión y apreció que solo por un instante pudiera dedicarselo a él - No me sorprende. Eres hijo de Harry y además un Potter. James también es auror. Aunque eso ya lo sabías.

- Si, ya lo sabía.

Supo por la mirada de Lyra que su tono de voz había cambiado y se golpeó mentalmente por aquello.

- ¿No te llevas bien con James? Es tu abuelo.

- No me gustaría hablar de eso, menos contigo.

- ¿Menos conmigo? ¿Debería sentirme ofendida? Vamos, puedes decirme. No es como que James y yo nos llevemos bien ahora. Pero quizás puedas arreglar las cosas con él cuando vuelvas a casa.

Los Merodeadores - El último CaminoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora