XXXI.

592 68 56
                                    


『 R e e n c u e n t r o   e n t r e   c e n i z a s 』

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

R e e n c u e n t r o   e n t r e   c e n i z a s 


«Angel of my life...

My body, my blood,

my soul...

All are yours».


...


Mi último recuerdo fue un impacto. Mi cuello siendo azotado por algo compacto y, luego, todo negro. No tenía constancia del momento en el que abrí los ojos, pero cuando lo hice, lo primero que me encontré fue con un cielo cubierto de un intenso color azul metálico, acompañado de un extraño olor sofocante.

A mi alrededor no hacía más que oír un sinfín de voces sobreponiéndose las unas sobre las otras. Aunque juraba que las conocía, me notaba tan desorientada que no llegaba a discernir de quién provenía cada una.

Demasiado ruido. Demasiados colores y demasiadas sensaciones. Sentía que iba a vomitar.

La única certeza que tenía, y el único interés que me suscitaba mi entorno, era la voz de Toshi. Creía que era la razón por la que había despertado. Lo había escuchado en sueños. Aún seguía llamándome. Susurraba mi nombre una y otra vez.

Me pedía que despertara.

Tragué saliva. El calor fue el que acabó causando mi completo despertar. Tomura no estaba cerca de mí cuando lo busqué con mis manos, sin embargo. No hallé ninguna prueba de que lo que sentía o escuchaba era real y no solo una mera fantasía mía.

Intenté encontrarlo entonces con la mirada, confundida por desconocer lo que me había sucedido antes y lo que estaba aconteciendo a partes iguales, pero al sentir que me mareaba una vez más, eché la cabeza hacia mis manos, esperando que ésta dejase de dar vueltas.

La superficie en la que me veía tendida se percibía abrasadora, pero aun así, y a pesar de sentirme aturdida, coloqué cada una de mis palmas contra ella para poder ponerme derecha. Si dolía, no lo sabía. Sólo distinguí que el mero hecho de incorporarme ya se sentía como un trabajo arduo y torpe.

— ¿Toshi? — nada. No recibí respuesta— ¿Dónde estás?

Nuestra conexión es tan débil que apenas la puedo percibir...

Me costaba mantenerme en pie. Mis rodillas temblaban casi al unísono con el resto del cuerpo, aunque mi brumosa vista y memoria mejoraba por momentos. Fue entonces cuando, poco a poco, las voces que envolvían el ambiente comenzaban a cobrar sentido.

V O I D | BNHA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora