PASIÓN [ En Proceso ]

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ALHEA LOMBORTE

ITALIA / FLORENCIA

Controla tus impulsos.

Respira y cierra tu mente.

Cierro mi casillero agarrando mis libros, camino lejos del grupo de chicas que hablan puras incoherencias. Todo el mundo tiene máscaras, nadie se demuestra cómo es en realidad y eso nos convierte en mentirosos; yo soy una mentirosa demasiado hábil.

La serenidad es algo que muchos desean portar, para mi es una jugada clave, así puedo mantener lo que quiera debajo mio y sabiendo que si algo se salta yo misma lo devolveré a su lugar.

-No estás de buen humor –hablan a mi lado

El tono divertido y travieso lo identifico, mi hermana se una a mi caminata en un intento de averiguar mi disgusto.

-A quien hay que condenar –pregunta

-Nadie que valga la pena.

Ríe –Anda por ahí diciendo que eres calmada, pero soy tu hermana, conozco hasta el último gesto tuyo.

Paro mi paso y recuesto mi cuerpo en una columna, su sonrisa refleja lo interesada que esta; siempre ha sido sonriente hasta sonrió mientras lloraba viendo una película.

Tiene parentesco con el guasón mas bien.

-Escuche unas chicas hablar de una fiesta, aparecer es el cumpleaños de una tal...Melodía, Melo...Melo algo –suelto –Y dijeron que estaban emocionadas por bailar con Xio, riendo que lo tendrían solo para ellos; y bla, bla, bla.

-Y eso te hiso enojar, que adularan a nuestro primo.

-Por mí que le lamban los pies, lo que no me agrado es ver como se degustaban utilizando a Xio para sentirse las muy muy.

-Mhhh –pronuncia –Entonces no es porque estés celosa.

Arrugo mis cejas, pondré eso en mi lista de cosas estúpidas que ha dicho mi querida hermana mayor.

-Sí que beber limonada con jugo de mango te ha hecho mal, es mi primo.

-Eso no se dicen a solas, bueno sabes que solo te jodo, no hay persona en el mundo que mueva tu suelo –empieza a alejarse luego de dejarme un beso en la mejilla, se voltea de pronto y sonrie –A no espera, si la hay.

Capto el mensaje, lo entendí tan bien que no me faltaron ganas para lanzarle un cuaderno que alcanzo a esquivar y continúo riendo a carcajadas, la veo una ultima vez y sonrió sin gracia.

-No le veo el chiste –digo para mí misma –Maldita.

Me agacho para recoger el libro, el pasillo está vacío la mayoría está fuera del colegio disfrutando del descanso; por eso me parece extraño ver dos pares de pies que se ponen frente mio.