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₰ Maleficio ₰

KAEMON MEYER

FRANCIA / NIZA

Tecleo rápidamente ingresando los códigos necesarios para infiltrarme en el sistema de vigilancia de la mansión Leroy, le pido a Evander que revise la conexión y Blaise se sienta justamente a mi lado con la vista enfocada en las grandes pantallas.

Logro ingresar al sistema, las pantallas que faltaban se prenden mostrándonos cada habitación, corredor, sitio o lugar que conforma la mansión de los franceses.

- ¿La tienes? –pregunto dirigiéndome a mi hermano menor

Evander levanta el pulgar terminando de ajustarse los audiófonos.

-Conéctala a las bocinas.

El no demora en acatar mi orden, la sala se llena de voces lejanas y ruidos que no logro identificar.

-Alhea, confirma que me escuchas –pide mi hermano

-Coño que, si te oigo, es la tercera vez que lo preguntas – la voz dulce pero dura de la italiana atraviesa mis oídos

Noto el leve movimiento de Blaise y pretendo no sonreír.

-Recuérdame el nombre del imbécil.

-Es el anfitrión, Francois Leroy –responde Evander

- ¿Le doy?

-Leroy –repite mi hermano

Se queda callada por unos segundos en los que logro percibir otra voz.

-Comme vous le dites monseigneur, je m'occuperai moi-même de M. Leroy –dice en un perfecto francés

<Como usted diga mi señor, yo misma me ocupare del señor Leroy. >

Escucho como Blaise truena sus dedos, pretendo no mirarlo mientras me rio internamente por su actitud.

¿Quién entiende a este hombre?

Veo como varios hombres ingresan a una habitación en común, las puertas son blancas al igual que las paredes, varios sillones están repartidos en el espacio viendo directamente hacia el frente justo donde está la chimenea.

Busco en mi bolsillo el dulce, le quito el envoltorio y me lo meto a la boca recargando mi peso en el respaldar de la silla, al voltear me encuentro con Diora, sentada encima de una mesa con un tarro de palomitas.

Esta niña.

Niego con la cabeza, pero no le digo nada, vuelvo a mi puesto con la vista puesta en las pantallas.

- ¿Creen que lo va a conseguir? –cuestiona Evander

-La pregunta ofende y si Alhea estuviera aquí ya te habría roto las costillas.

-Se las voy a romper, porque logre escucharlo –habla la nombrada

Suelto una ligera carcajada.

En total hay veinte hombres en la habitación, las puertas se cierran y un mayordomo les indica que pronto comenzara la función.

- Comment se passe le travail avec les Allemands ? –le pregunta un hombre x a Francois

< ¿Cómo va el trabajo con los alemanes? >

- Je les ai dans le creux de la main, ne tardez pas à venir me demander la prière.

< Los tengo en la palma de mi mano, no demoran en venir a pedirme plegaria. >

Bufo al escuchar al francés.

PASIÓN [ En Proceso ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora