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NETLA WORSTED

Y al final la bella, descubrió que sus cadenas no existían, tan eso era su imaginación, su mente que le impedía alcanzar su potencial; hasta que esa, bestia toco a su puerta destrizando cada barrera.

-Señorita Worsted algo que aportar de su lectura –pregunta el maestro a mi lado

-No.

-Me dejaría ver lo que lee, parece ser más entretenido que la clase.

-No –conteste cerrando el libro

-Señorita le he dicho que me entregue el libro.

-Por que debería.

El maestro intenta agarrarlo, pero yo soy más veloz y lo guardo en mi maleta.

- ¡Deme eso!

- ¡No me levante la voz, no sea atrevido! –ataco

-Ya es suficiente, está castigada.

- ¡Que! –me levanto enfurecida - ¡Siempre leo en su clase y no pone queja alguna, soy eficiente con las actividades aun así!

El me da la espalda –No hay excusa.

-Le eh interrumpido su clase en algún momento.

-Sí, justo ahora.

- ¡Que le sucede, si fue usted quien inicio! –agarro mi maleta -Maldito lunático.

Ignorando las quejas del maestro salgo del salón azotando la puerta, camino rápidamente por los pasillos sin importarme con quien choque.

-Ojo y te alcanza la pared.

Doy media vuelta para encontrarme con una mujer de pelo crespo, ojos oscuros y postura retadora.

-Eirene –suelto al aire

-Prima, que te trae con ese humor de perros.

No me pasa desapercibida la burla en su voz, algo que me costa aceptar de su parte.

Ella es una de mis primas menores, hija de mi tío Erick y una de las amigas de mi tía Anaita; no hemos congeniado mucho con ella a lo largo de nuestra infancia y en nuestra juventud apenas si se escucha su nombre en alguna reunión familiar.

Prácticamente es como el fantasma de la familia, un fantasma el cual causa que mi estómago se revuelve de tan solo verla.

-Qué coño haces aquí.

-Acaso no puedo venir a ver a mis queridos familiares.

Ruedo los ojos –Eso se lo tragara tu madre, una sabandija como tú no anda en este lugar por querer.

La dejo con la palabra en la boca, no tengo paciencia para seguir con esa absurda charla. Al final termino en la biblioteca donde logro terminar mi libro en paz hasta la hora del descanso, recibo un mensaje de Hiyana preguntándome si nos veremos en el almuerzo a lo cual confirmo mi asistencia.

Hago el mismo recorrido de todas las mañanas hasta que entro a la cafetería, decido tomar un jugo y una vez lo tengo en mis manos, salgo al balcón donde siempre están mis primos, mi herma y las amigas de ella.

-Te he dicho que dejes de poner chinches en la silla del maestro –escucho la voz de Emily.

-Hay por favor, sé que te da gracia –contesta animado Jean –Un día de estos saldrá disparado hasta tocar el techo.

-Hola.

-Pero mira si es la peleona.

Arrugo mi nariz cuando escucho a Flor.

PASIÓN [ En Proceso ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora