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₰ Egoistas ₰

NETLA WORSTED

ITALIA / ROMA

Desordeno mi cabello con la intensión de darle más volumen, muerdo mis labios al mirarme completamente; un crop top de tiras blanco y una falda corta azul cielo, mientras los tenis y las medias son grises; mi color favorito.

Empiezo a lavarme las manos para quitarme la pintura, no aparto la mirada de mi reflejo, apreciando mi belleza.

Escucho que la puerta se abre ignorando los pasos aproximándose, siento que jalan mi hombro para voltearme e identificar las dos chicas que me miran con odio.

Que será lo que hice ahora.

-Escúchame bien –dice una de ellas, la peli teñida –Aléjate de mí chico, el no necesita que puercas como tú se le acerquen.

-Como tú quieras –le muestro una sonrisa

Al intentar pasar por su lado, para secarme las manos, me detiene su amiga agarrándome de los brazos. La peli teñida se me acerca, lleva su mano al bolsillo y saca un bisturí dejándolo delante de mis ojos.

-Que te quede claro zorra, no queras meterte conmigo.

Muerdo mi lengua para no reírme, dando mi rostro más indefenso.

-Está bien, está bien, hare lo que quieras –pronuncio con voz temerosa

Ambas chicas parecen complacidas con su acto, me sueltan y se van, cuando me quedo sola dejo salir mi risa y guardo el rostro de la peli teñida en mi mente para más tarde.

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En mitad de las clases me quedo dormida, coqueteo un poco con algunos compañeros en las horas restantes, hasta que por fin suena la campana indicando el tiempo de receso. Salgo del salón como alma que lleva el diablo, corro para ser la primera en pedir el almuerzo ya que siempre la fila parece ser infinita, pido un poco más de lo normal porque al parecer se me ha abierto el apetito; así que parte de comerme una ensalada de pollo, pido patacones y dos trozos de pizza.

Tomo asiento en la primera mesa que veo, dándole un mordisco a mi comida, sintiendo la sensación de como el queso caliente complace mis papilas gustativas y los patacones producen un crocante ruido cuando mastico.

La cafetería empieza a llenarse, agradezco haber corrido todo ese maratón para no hacer la fila cuando me da por mirar.

Al dejar de ultimas la ensalada mi cuerpo me pide que no la coma, pero aparte de comer como loca, cuido mi cuerpo; a veces.

Los minutos pasan y la paz que se sentía a un principio en el lugar, es remplazada por las voces, las bajillas, la música en los altavoces y un revuelto que llega a ser molesto.

Termino mi comida, observando como mi bandeja queda vacía.

Madre mía, ni que tuviera un holló negro por dentro.

Giro mi cuerpo para levantarme, el pitido por las bocinas me detiene, el comedor tiene televisores repartidos por toda la zona y estos se prenden cuando se muestra un video en pausa.

Las voces disminuyen, a la espera de saber que se mostrara.

El video empieza a reproducirse, primero todo es negro hasta que aparece una foto mía, estoy en traje de baño y por la foto sé que la sacaron de mi Instagram.

Ya veo para donde va esto.

La palabra zorra empieza a llenar todo el espacio, pasan varias fotos mías con hombres distintos, incluso una donde estoy medio desnuda, aunque de espaldas y a nada de tener sexo con algún tipo en el almacén de deportes.

PASIÓN [ En Proceso ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora