Capítulo 1. Jaidev ha desaparecido. ¿Fue raptado?¿Dónde estará?
Gangaikonda Cholapuram, 1179
Arya camina por los pasillos de su casa. Su padre Brahma, un gran general del imperio cholo de la India, le espera en su despacho con bastante urgencia.Su hermano Jaidev se embarcó hace meses en un viaje hacia Bagdad, para proteger a una caravana, pero ha sido dado por desaparecido. Se piensa que fueron atacados y raptados.
El no solo era el heredero de todos los bienes familiares por ser el hijo varón mayor, sino que también se esperaba que, al igual que su padre, llegase a ser general y mano derecha del Rey. Esto significaba que su desaparición era algo catastrófico para su familia.Arya, por el hecho de ser mujer, no podía heredar absolutamente nada y era el primer varón el que debía heredar. De sus hermanos pequeños, aparte de una niña que estaba en la misma situación que ella, tenía dos hermanos más, pero eran muy pequeños aún y si a eso le añadimos que uno de ellos, llamado Kiran, era un niño enfermizo, la cosa se complicaba.
Así que no les quedaba otra cosa que tomar decisiones y buscar una solución cuanto antes. Aunque la situación fuera complicada. No sólo por su familia, sino por la zona en la que vivían. La India, en esta época, no existe como tal, era un conjunto de reinos que muchas veces pelean entre sí. Y muchas veces, también se añadían ataques externos.
Arya abrió la puerta con decisión y se encontró a su padre de pie, mirando hacia el exterior.
- Padre, ¿Me ha llamado? - pregunta Arya con bastante cautela.
- Si, hija mía. Sabes perfectamente la situación con tu hermano Jaidev. Estaba acompañando y protegiendo una caravana que se dirigía a Bagdad para la venta de varios productos, pero ha desaparecido. Se piensa que ha sido un ataque para robar los productos que se iban a comerciar en Bagdad, y de paso que utilizaron a los sobrevivientes del ataque como bienes para poder venderlos en el comercio de esclavos.
- ¿Van a utilizar a mi hermano como esclavo? ¡No puede ser! El no pertenece a las castas más bajas. - exclamó Arya con el rostro acongojado.
- Eso no importa para esta gente, querida. Hacen dinero de lo que sea. No les importa a quien dañan, ni si a los que cogen son de familias importantes. Solo les interesa, si pueden ganar algo. - contestó el padre. - Aún así, no es la única hipótesis que manejamos. Pensamos también que las informaciones que nos han llegado, pudieran ser falsas y que tú hermano pudiera estar muerto.
Si algo asustó tremendamente a Arya es que su hermano pudiera estar realmente muerto. No deseaba pensar que eso fuera cierto realmente. Ella adoraba a su hermano y no se podía imaginar una vida sin él.
Por otra parte, pensó que daba igual a quien cogieran, todas las vidas eran importantes, pero sabía que tanto su padre como todos los demás no pensaban de la misma manera. De ahí que existirán las castas. Personas más importantes que otras y que no podían ni debían mezclarse entre sí. Y de ahí que raptaran a unos era importante pero si lo hacían con otros daba exactamente igual.
- ¿Pero nadie pidió un rescate? Tal vez no lo quieran vender sino más bien querrían un rescate. - preguntó Arya.
- Ya lo había pensado pero, si fuera así, ya nos lo hubieran comunicado. - dijo el padre. - no sabemos muy bien a donde lo han enviado, si es que sigue vivo, aunque pensamos que seguramente lo enviaron hacia el Mediterráneo y que podría estar actualmente en el reino de Jerusalén.
- ¿Reino de Jerusalén? - pregunta Arya.
- Si, es un pequeño país cristiano gobernado por lo que llaman los musulmanes, los Francos. Todos dicen que, su gobernante está maldito, que sufre de lepra, y, por lo visto, es un rey bastante tolerante. Es extraño que tengan a un rey de estas características, un intocable. - comentó - Seguramente, envíen a tu hermano a otro país, en donde lo esclavizaran. Aún así quisiera qué fueras hacia allí para seguirle la pista y saber que hacen realmente con él y lo traigas a casa. - dijo el padre.
- ¿Ir yo? - preguntó Arya extrañada. No era normal que para un tema tan importante eligieran a una mujer como persona de confianza para solucionarlo. - No sé, si sería mejor idea, sí fueras tú es su búsqueda, padre. O alguno de sus hombres.
- Eres mi hija y confío plenamente en tí. Además conoces a tu hermano más que nadie. Habéis crecido juntos, nadie mejor para ayudarle. Por otra parte no te dejaré sola, irás con algunos de mis hombres de confianza, entre ellos tu primo Anand. Sé que no es del todo de tu agrado, pero te protegerá. - respondió su padre. - Por otra parte, no voy yo porque no puedo dejar el reino. Sabes que hay muchos problemas que solventar y un general como yo, no puede dejar el reino tan fácilmente para buscar a uno de sus hijos. Ahora ve a tu habitación a preparar todo. Saldrás mañana a primera hora.
- De acuerdo padre. - respondió Arya con resignación.
Tras darle a su padre un beso en la frente, Arya se dirigió con bastante miedo hacia su habitación. Sabía de la importancia de encontrar a su hermano. Realmente esperaba poder encontrarlo, vivo.
Por otra parte, se quedó pensativa ante tal extraño gobernante que tenía el reino de Jerusalén. En donde ella vivía, eso era impensable. Una persona así, nunca llegaría a ser Rey. Ni siquiera pueden acercarse a las castas más bajas. Viven solos, en zonas habilitadas para ello, lejos de las personas sanas. Esto le planteaba una serie de preguntas; ya que no sabía cómo debería comportarse ante tal situación, en caso de necesitar hablar con el rey de Jerusalén.
Otra cosa que le molestaba, era que su primo tuviera que acompañarla. Anand, no era de su agrado, como dijo su padre. Sabía que él estaba enamorado de ella y que lo estaba desde que eran niños, pero él era muy insistente y baboso. Siempre que la veía intentaba alargarla con comentarios que no terminaban de gustarle y que le hacían parecer un acosador. No la dejaba ni a sol, ni a sombra. Siempre pegado a ella. Mil veces le había rechazado, pero, él hacía oídos sordos y no se daba por vencido. Seguía y seguía, aunque viera su cara de molestia y su hartazgo. Había llegado a tal punto de pedirles a sus padres, su mano. Gracias a Shiva, ellos se habían negado, refiriendo que aún la necesitaban algo más de tiempo en su casa. Esto no era algo habitual, ya que la mayoría de sus amigas y conocidas, ya estaban casadas con 15 años, y muchas de ellas con hijos, pero sus padres decidieron, por una parte darle una educación más extensa a la que habitualmente se le da a las mujeres y por otra, un matrimonio algo mejor del que solían tener sus amigas. Cosa que agradecía enormemente.
En cuanto llegó a su habitación, comenzó a preparar todo lo que necesitaba para el viaje. Su padre le había dejado algunas ropas de viaje y una pequeña daga en su cama, por si necesitaba protegerse.
Mientras terminaba de organizar todo lo del viaje, sus hermanos pequeños aparecieron en su habitación. Corrieron a abrazarla y besarla, mientras gritaban y lloraban. Siempre había cuidado de sus hermanos pequeños. Había sido una figura materna para ellos. Sus padres nunca fueron unos padres presentes, ni cercanos. Sabía que ellos les querían, pero su padre siendo General, tenía poco tiempo libre y a su madre le gustaba demasiado estar entretenida con actividades sociales. Pero los niños necesitaban una figura paterna (o materna) que les ayudase a crecer y les acompañase en cada paso que daban. Sobre todo Kiran, de unos 9 años de edad, que debido a ser un niño enfermizo, necesitaba más cariño y cuidados.
Los iba a echar mucho de menos. Eso le quemaba por dentro.
No pudo contener las lágrimas y se echó a llorar mientras los abrazaba y besaba. Nunca se había separado de ellos. Está parte, iba a ser la más difícil de todas; dejar a sus hermanos. Sabía que la necesitaban y la iban a echar en falta. Se le partía el corazón.
En ese justo momento apareció una criada.- Señorita Arya, sus padres la llaman para cenar. Quieren despedirse antes de que salga de viaje. - le comentó.
- Ahora mismo voy. - respondió. Se preparó para la cena y llevo a los niños a sus respectivos cuartos para que descansarán.
Después de eso, se dirigió a uno de los comedores, uno de los más pequeños, que solían utilizar cuando comía solo la familia, donde sus padres la esperaban con la comida ya en la mesa.
A su madre se la notaba bastante preocupada y no muy de acuerdo con la decisión tomada por su marido. Algo lógico por otra parte. Algo lógico por parte de su madre, no era un trabajo que soliese realizar una mujer. Pero su padre sabía que su hija no pararía hasta traerle a Jaidev a casa, por eso confiaba en ella y le había pedido que realizase tal extraño viaje.
Saludo a sus padres y se dispuso a cenar con ellos antes de su partida. La última comida que tendría con ellos en mucho tiempo.
ESTÁS LEYENDO
En tierras extrañas
Historical FictionArya emprende un viaje desde uno de los lejanos reinos de la India al Reino de Jerusalén. El motivo de este extraño viaje es buscar a su hermano desaparecido y llevarlo de vuelta a casa. Allí se encontrará con el que llaman el rey leproso, el cual i...