Capitulo 26. Balduino se casa con María Dubois.

804 38 26
                                    

Capitulo 26. Balduino se casa con María Dubois.

La boda tuvo que prepararse en muy poco tiempo y no pudo hacerse una boda con el nivel adecuado para un Rey de Jerusalén. Debió hacerse una boda sencilla y pequeña. Balduino así lo prefería, para él está boda no era ninguna celebración, más bien todo lo contrario. Suponía el fin de su felicidad y el comienzo de su tortura. Como si su vida no hubiera sido ya suficiente tortura con la enfermedad que tenía.

Se le había dado unos aposentos a María Dubois, para que fuera acostumbrándose a los horarios, el trabajo que iba a realizar y a la vida en Palacio. Había venido acompañada de Lis, que días antes había avisado a los gemelos para que se iniciará un plan nuevo y no dejar a Jaidev, solo.

Los hermanos no querían dejar sola a Arya, más aún, después de los últimos acontecimientos. Sabían que iba a necesitarlos.
Asique solo quedaba en buscar a alguien en quien confiar, asique se pusieron manos a la obra para encontrar a alguien en las próximas semanas. Lis, les informó de varias personas que podrían ser de su confianza, ya que ella conocía más gente en la ciudad, adelantando les así el trabajo enormemente.
Finalmente, tras varios días de búsqueda y de hablar con muchas personas, encontraron a alguien que podría adaptarse al trabajo. Era una chica joven, llamada Ginebra. Su aspecto angelical, seguramente gustaría a la familia Dubois. Los hermanos, avisaron de cómo era la familia y lo que tenía que hacer. Siendo una chica también bastante espabilada, comenzó rápidamente a trabajar para la familia Dubois, adaptándose rápidamente a lo que debía hacer y ganándose la confianza de la familia Dubois, que no sabía de sus verdaderas intenciones y de la de Jaidev, que vio en ella su deseo real de ayudarle.

El trabajo en Palacio para la boda era terrible. Toda la servidumbre corría, arreglando el Palacio para tal acto. El trabajo se multiplicó por cuatro, entre limpieza, preparativos de la comida, del salón donde se celebraría la boda, el menú y el traje del Rey. Y no se sabía si se llegaría a tiempo o no.

Al Rey se le estaban tomando medidas, ya que tras el año anterior tan ajetreado, la última batalla, su enfermedad y los disgustos por el reino y que su vida privada que se desmoronaba había adelgazado bastante. El sastre tenía cuidado de no hacer daño al Rey e iba lo más rápido posible para que no tuviera que llevarse mucho tiempo de pie y se agotara. Además, tenía miedo de contagiarse de Lepra.

- Las medidas ya están tomadas. Comenzaré hoy mismo con la confección. En cuanto lo tenga, vendré y así podrá probarselo. - dijo el sastre, con rapidez.

- Gracias. Puede retirarse. - dijo Balduino, haciendo un gesto.

Tras irse Tiberias y Balduino, se quedan solos.

- ¿Pudo ver o hablar con Arya en estos días, Majestad? ¿Sabe como se encuentra? - preguntó Tiberias.

- No, no he podido. Si lo hubiera hecho, habría roto el compromiso con María Dubois. No soy capaz de verla y mantener mi palabra. Aunque sé que mi hermana ha estado visitándola desde que cuida a su hijo. - dijo Balduino.

- ¿Su hermana? - preguntó Tiberias algo extrañado.

- Eso parece. Por lo visto se ha encariñado de ella. - dijo Balduino.

- ¿Encariñado? - preguntó Tiberias alzando una ceja. Eso sí que era raro. Demasiado raro y más viniendo de parte de Sibila.

- Eso dijo en su última visita. Parece que ahora le gusta frecuentar mis aposentos y ponerme al día de lo que a ella le sucede. - dijo Balduino.

- ¿Que frecuenta sus aposentos? - preguntó Tiberias totalmente extrañado. Sibila no era una hermana que se dedicara a hacer compañía a su hermano. Siempre fue una mujer muy superficial, que buscaba su propio disfrute y que tenía pánico a contagiarse de lepra y que eso destrozara su belleza, por eso le extrañaba que fuera a visitarlo.

En tierras extrañasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora