Capitulo 22. La boda de Sibila

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Capitulo 22. La boda de Sibila.

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Jerusalén 1180

La boda de Sibila estaba cercana. Arya había sido invitada por Sibila, aún después de que su madre Inés montará un escándalo por ese tema. Tal escándalo que tuvo que intervenir su hijo y decirle que saliera de Palacio.
Alterada se fue al castillo de su actual marido Reinaldo de Sidón, en el Condado de Sidón. Se negó a seguir ayudando a su hija en la boda, teniendo que ser Arya un apoyo para la princesa en ese momento. Su trabajo fue perfecto, no solo consiguió ahorrar mucho dinero, sino que también consiguió que las cosas fueran bonitas y de calidad, dignas de una princesa de Jerusalén.

- Gracias por tu ayuda. - dijo Sibila. - Sin tí no hubiera sido posible.

- No hay problema. Así no me siento una estúpida que no sabe hacer nada. - dijo Arya.

- ¿No hay nuevas buenas con lo de tu hermano? - preguntó Sibila.

Arya tuvo que explicarle lo de su hermano. No le dio toda la información, solo parte, ya que quería guardarse algo para ella. Además, ya había informado al Rey, quién estaba intentando ayudarle a recuperar a su hermano, moviendo algunos contactos, ya que la familia Dubois estaba algo irritada con el tema del matrimonio del Rey. Era mejor así.

- Nada, pero no sé preocupe, seguro que pronto podremos hacer algo. - dijo Arya.

- Debe ser angustioso, verte en esta situación. - Dijo Sibila.

- Bueno si. Más que nada porque no se lo que le pueden hacer.- dijo Arya.

Justo en ese momento, entro el Rey junto a Tiberias, siendo anunciada su entrada a la estadía.

Ambas hicieron una reverencia ante el Rey.

- Le ha quedado precioso, Arya. Ha hecho un buen trabajo. - le dijo Balduino.

- Gracias, mi señor. - dijo Arya sonrojándose.

La tensión entre ambos era cada vez mayor.

- Debemos ir a comer, Arya. - dijo Balduino. - Deseo hablar varias cosas con usted.

- Cuando quiera. - dijo Arya y haciendo una reverencia a Sibila le dijo a esta: - Nos vemos mañana, mi señora.

- Que así sea. - dijo Sibila.

Tanto Balduino, como Arya y Tiberias salieron de la estancia, dejando sola a Sibila, que fue a almorzar con Guido de Lusignan.

Balduino llevaba algo de tiempo preocupado por los ataques a las caravanas. Sabía que era Reinaldo el que las atacaba. Le habia dado varios toques y le habia dicho que si seguía así, le debería castigar, pero seguía así, sin importarle nada.

Le estaba poniendo en una situación muy complicada con un sobrino de Salahadin. Sabía que él no tendría problemas en atacarlos. Salahadin, era más sensato y no atacaba sin antes dar una oportunidad para solucionarlo, pero su sobrino no era así. El si que atacaría, sin antes dejar que hubiera una solución.

Si la cosa llegaba a ese extremo, debería pedirles ayuda a los Dubois, con lo que eso significaba.

Cuando llegaron a los aposentos del Rey, Tiberias les dejó solos para que tuvieran intimidad. Sabía por experiencia propia, que era lo mejor.

- ¿Sigue preocupado por los ataques a caravanas? - pregunto Arya

- Si, así es. Me temo que la cosa se está poniendo bastante negra. He hecho llamar a Reinaldo de Chatillon a mi presencia, para hablar con él antes de la boda de mi hermana. Sé que no servirá de mucho, pero debo intentar solucionar esto, antes de que el sobrino de Salahadin, nos ataque. - dijo Balduino.

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