Capítulo 40. La despedida de Arya.
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Cuando despertó Arya, Balduino la estaba mirando con ternura y tristeza.
Ella lo besó con dulzura y afecto mientras él tocaba sus muslos desnudos.
La iba a echar de menos. Su corazón estaba roto, pero debía levantarse para enterrar a su mujer. No iba a enterrarla en el santo sepulcro porque le parecía una falta de respeto hacia Dios y hacia la gente de Jerusalén. Había decidido enterrarla en el cementerio de la catedral, en una zona específica, algo más alejada, creía que sería lo mejor.Se levantó con ayuda de Arya y se dirigió a sus baños, donde Arya lo bañó y lo vistió con ropas negras para el entierro de su difunta esposa. Ya que habían tenido un matrimonio cara al público, hará lo mismo con el entierro. Sería utilizar otra máscara, aparte de la suya, para así esconder una vez más sus sentimientos.
Antes de salir, recibió una carta de su madre:
"Querido hijo,
Siento la perdida de tu querida y amada esposa. Espero que su duelo no lo afecte a su enfermedad.
Y espero que su enfado conmigo haya disminuido y pueda permitirme la entrada a Jerusalén de nuevo.Su madre con amor,
Inés"Balduino respondió a su madre diciendo que no volvería a entrar en la ciudad de Jerusalén, nunca más. Él creía que ella ayudó a Francesc en varias de "sus hazañas" pero no podía demostrarlo, por eso no quería su vuelta.
Tras responderle con contundencia, siguió por los pasillos de Palacio hasta llegar a las caballerizas. Allí cogió su yegua y junto a Tiberias se dirigió a la catedralAllí se sentó de forma separada a los demás y se dispuso a escuchar la misa para el entierro de su difunta esposa, a la que nunca amó y la que nunca lo amó.
Se mantenía atento a lo que decía el patriarca durante la misa. El patriarca hablaba del amor y de la perdida, cosas que no podía relacionar con su esposa María. Es verdad que la había perdido, pero ellos nunca se amaron. Ella le tenía asco por su enfermedad y él a ella pena. No se soportaban, no se aguantaban. Y si ella se acercaba era solamente por el deseo de sentirse deseada por él. Para él, por muy mal que sonase, no había habido ninguna perdida ni la echaría de menos.
Muy distinto era con Arya, a la que sí que le echaría de menos cuando se fuera. Sabía, que en cuanto se fuera, él estaría perdido.
Tras la misa, movieron el féretro hacia el cementerio y fue enterrada entre familiares, nobles y el Rey.
La hermana pequeña de María, Noor, fue la única que lloró por ella, pues realmente si la ambas con locura, pero ni su madre, hermano Jerôme, ni el Rey y demás nobles lloraron por ella. Fue una Reina, hermana, hija, esposa y amiga poco querida.Lis la había conocido más a fondo y pasó de tenerle cariño por ser algo inocente con algunas cosas a mantenerle cierta tirria por su carácter retorcido con otras cosas.
Daba gracias a Allah por no tener que ir a su entierro. Se había quedado con Arya, los gemelos y Jaidev preparando las cosas para el viaje de vuelta. También acompañó a Ginebra hasta Palacio, ya que iba a empezar a trabajar en este, tras comentarle al Rey y a Tiberias que ella les había estado ayudando en los últimos meses.Jaidev estaba tremendamente contento por poder volver a casa, sin embargo, Arya estaba algo triste. Y eso se lo notó Jaidev. Siempre habían sido muy unidos, ya que se llevaban muy poco tiempo el uno con el otro y por lo tanto habían crecido juntos, a eso había que añadirle unos padres bastante ocupados.
- ¿Estás bien hermana? Te noto bastante decaída. - preguntó Jaidev, en un momento en que los gemelos y Lis habían salido para buscar algunas cosas.
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En tierras extrañas
Fiksi SejarahArya emprende un viaje desde uno de los lejanos reinos de la India al Reino de Jerusalén. El motivo de este extraño viaje es buscar a su hermano desaparecido y llevarlo de vuelta a casa. Allí se encontrará con el que llaman el rey leproso, el cual i...