Capítulo 25. La batalla de Acre

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Capítulo 25. La batalla de Acre

Apunte antes de comenzar este capítulo: está batalla es totalmente de mi invención, ya que sirve a mi historia y su desarrollo. No es una batalla real. Aviso por si os preguntáis de donde viene esta batalla, que sepáis que viene de mi cabeza. Gracias.

Acre, 1180

Balduino y su ejército llegaron justo a tiempo, ya que cuando llegaron, el ejército del sobrino de Salahadin, acababa de llegar y comenzaba el ataque hacia la ciudad de Acre. Por lo tanto, no les había dado tiempo a hacer grandes daños a la ciudad, por no decir, que prácticamente no le habían hecho ningún daño.
Balduino supo actuar con mucha rápidez y supo moverse de manera adecuada para atacar por el flanco más débil del ejército contrario, dividiendo y creando confusión en las tropas enemigas, al menos la suficiente para conseguir cierta ventaja frente a ellos.

Usó esa confusión para atacar de forma bastante eficaz. Esto hizo que parte del ejército musulmán huyese y el que quedaba fuera prácticamente exterminado por los cristianos.
Esto hizo que el sobrino de Salahadin, se enervara de manera bastante fuerte y comenzará a gritar e insultar al Rey Balduino IV.

- ¡Maldito leproso! ¡No sólo le basta con atacar a las caravanas musulmanas, que vienes aquí a pretender que vas a defender a tu gente, cuando sabes que es una respuesta a tus ataques. La inteligencia no su fuerte! - gritó el sobrino de Salahadin.

- Sabes perfectamente que no soy el responsable de los ataques a las caravanas. Hemos conseguido que Reinaldo deje de hacerlo, bajo presiones de una pena grave, pero a los demás no los hemos podido frenar, debido a que no sabemos quién dió la orden y no sabemos si alguno de los nuestros o pertenecen a otro reino. - dijo Balduino.

- Eso me importa bien poco. Habéis actuado con extrema lentitud y sin importaros lo que a nosotros nos pasaba. - dijo con rabia el sobrino.

- Actué de la mejor manera que pude, pero tú al contrario que tú tío, no quisiste hablar y llegar a un acuerdo antes de atacarnos. No quisiste ir por una vía diplomática. - respondió Balduino.

- No tengo porque hablar con nadie ni ser diplomático. Solo responder a los ataques. - dijo el sobrino.

- Sabes perfectamente que en esta batalla tienes las de perder. O llegamos a un acuerdo y te marchas o perderás y podrías morir durante la batalla. - dijo Balduino.

- Eso jamás. No permitiré irme sin luchar y sin devolver lo alguno de los vuestros han hecho. - dijo lleno de furia volviendo al ataque.

La lucha fue muy dura, cruel y sangrienta. El sobrino de Salahadin luchó con agarre y hasta el último momento. En sus ojos podía verse el odio y la rabia que le hacía actuar.
Se notaba sus ansias de venganza por los ataques sufridos a las caravanas musulmanas. Algo lógico por otra parte.
Balduino sabía que era una lucha a muerte y que no iban a dejarse ganar fácilmente.
Aún así, estaban en ventaja frente a los sarracenos y que lo que quedaba de su ejército había sido diezmado. Sabía que tarde o temprano ganarían. Y esperaba que eso le diera al menos algo de respiro durante un tiempo, ya que sabía que volverían a atacar, tarde o temprano.

Finalmente, el poco ejército que quedaba de los musulmanes, huyó junto al sobrino de Salahadin, ya que las pérdidas que habían tenido eran demasiado grandes, en comparación con las pérdidas cristianas, si a eso se le añade, que parte del ejército huyó, apenas podían responder al ataque cristiano, y acabarían todos muriendo.

Balduino, aunque feliz por haber ganado la batalla, había hecho un gran esfuerzo y su cuerpo estaba tremendamente agotado.
Decidieron quedarse en Acre, para que pudiera reponer fuerzas, comprobar su estado de salud y comprobar que los sarracenos no volverían al ataque.

En tierras extrañasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora