Capítulo 38. Francesc se convierte en asesino.
Aviso: Este capitulo tiene partes con descripciones para adultos, si entra es bajo su decisión
¡OJO!: + 18
Balduino estaba preocupado, ya que no había ningún avance con respecto a Francesc. Le preocupaba enormemente que ese hombre siguiera libre.
Confiaba en que Tiberias lograría encontrar algo en contra suya, pero era algo que se les estaba haciendo muy cuesta arriba. Sabía que si había intentado envenenar a Arya, sería capaz de hacer otras cosas igual de terribles. ¿Y si le atacaba a su sobrino? ¿O a alguna de sus hermanas? ¿O si conseguía destrozarle? ¿O que volviese a atacar el sobrino de Salahadin?Mientras cavilaba, su hermana entró en sus aposentos.
Hizo una reverencia y le saludo:- Buenos días, Majestad.
Balduino se giró para verla bien. Seguía extrañándole que ella se dignara a venir a verlo, aún así debía reconocer que la situación con ella había mejorado y se habían acercado, aún más cuando ella tomó la decisión de ayudar a Arya.
- ¿Qué necesitas, hermana? - preguntó Balduino.
- Solo vine a verle. Sé que está pasando por unos malos momentos y que el envenenamiento de Arya aún no está solucionado. - dijo Sibila.
- Bien. - dijo levantándose y dirigiéndose a su hermana. - ¿Deseas un té?
- Si, me gustaría tomar té. - dijo Sibila.
Ambos se sentaron en la mesita donde siempre se tomaba el té, tras pedir a Hakim que trajera el té.
- ¿Se sabe algo del ebvenamiento de Arya? - dijo Sibila.
- No hay nuevas noticias sobre ese tema. Tiberias está investigando. - dijo Balduino.
- Espero que pronto pueda descubrir algo pronto y que se pueda juzgar al culpable pronto. - dijo Sibila
- Espero lo mismo, hermana. Espero que pronto podamos olvidar estos malos momentos y que nuestra vida mejore algo. - dijo Balduino, mientras pensaba en como acabar con Francesc.
Apareció Hakim con el té y se los sirvió. Como siempre, Balduino se quedó con la máscara puesta y la única que tomó el té fue Sibila. Ella aún tenía la esperanza de que algún día se quitará la máscara delante de ella, aunque dudaba que así fuera un día.
Tras un silencio, algo largo, Sibila volvió a hablar.- Su cumpleaños es dentro de poco. Me gustaría hacer alguna celebración. Se que no lo desea, pero me gustaría.
- No estamos para celebrar nada, Sibila. Mira la situación en la que estamos. - dijo Balduino.
- Más aún para celebrarlo, mi señor. Aunque sea una pequeña celebración. - insistiendo Sibila.
Balduino sabía que cuando se ponía, su hermana, de esta manera, no había manera de cambiarla de opinión, pero no le apetecía en absoluto.
- Lo pensaré. Pero dudo que acepte. - dijo Balduino.
- Es un comienzo. - dijo Sibila con una sonrisa. - Con su permiso, me marcho. Debo ir al centro de la ciudad. Volveré a verle pronto.
- Espero entonces tú visita, Sibila. - le dijo Balduino.
Sibila, se levantó y se fue junto a sus damas y varios guardias, al centro de la ciudad, ya que deseaba comprar cosas para su hijo y para ella y deseaba hacerlo por sí misma, ya que era algo muy personal.
Al poco de llegar se encontró con uno viejo noble que siempre apoyó a su padre, cuando esté reinaba.
Él le hizo una reverencia y la saludó con respecto:
ESTÁS LEYENDO
En tierras extrañas
Ficção HistóricaArya emprende un viaje desde uno de los lejanos reinos de la India al Reino de Jerusalén. El motivo de este extraño viaje es buscar a su hermano desaparecido y llevarlo de vuelta a casa. Allí se encontrará con el que llaman el rey leproso, el cual i...