Capítulo 19. Atrapan a Anand. El rey se ciega.

728 42 10
                                    

Capítulo 19. Atrapan a Anand. El rey se ciega.

Arya llevaba ya varios días en Palacio. Tenía pesadillas todas las noches con Anand, como la atacaba e intentaba forzarla. Se despertaba empapada en sudor, aún cuando tomaba el té que le preparaban para descansar. Las ojeras eran cada vez más grandes y oscuras. También estaba comiendo muy poca cantidad de comida, apenas tenía apetito. Y eso a Balduino, le preocupaba. Hablaba todos los días con los médicos para saber de su evolución física y emocional. Sabía que las heridas y hematomas se estaban curando pero emocionalmente estaba inestable. Cuando escuchaba pasos de hombres que no conocía, saltaba y se estremecía de miedo, aunque se.dejaba abrazar por Balduino y cuando estaba con él, se mostraba más tranquila, no había vuelto a tener intimidad con él, no podía pensar en ello y el tampoco quería forzarla a hacer algo que no quería.

- ¿Ha comido hoy? - preguntó Balduino a Latifa, una de las sirvientas que traían la comida a Arya.

- No señor. No come nada. Me preocupa, señor. - contestó Latifa.

- Gracias, Latifa. - dijo Balduino.

Se dirigió a la habitación de Arya. Ella estaba sentada mirando al infinito. Los hermanos gemelos intentaban hablar con ella y que les hiciera algo de caso.
En cuanto lo vieron, callaron e hicieron una reverencia.

- Buenas tardes. - dijo Balduino. - Me gustaría llevar al jardín a Arya. Le vendrá bien.

- Intentamos lo mismo, señor, pero no nos hace caso.- dijeron ambos.

Balduino suspiró.

- Probaré a ver. - dijo acercándose.a Arya. - Arya, debes venir conmigo a los jardines privados de Palacio. Es una orden.

Arya miró hacia Balduino y asintió. El Rey le ayudó a levantarse y la llevo a los jardines, saludando antes a los gemelos, que estaban sorprendidos por la aceptación de Arya.

Balduino llevaba del brazo a Arya, que observaba la belleza del jardín privado.

- ¿Hay más jardines? - preguntó.

- Si, hay otro que se puede visitar desde el patio de la entrada. A veces hacemos allí alguna fiesta. - dijo Balduino.

- ¿De verdad? Esas fiestas deben ser muy bonitas. - dijo Arya.

- Supongo que sí, pero no sé que decirte. - dijo Balduino.

- ¿Por qué no lo sabe? - preguntó Arya.

- No suelo ir a las fiestas. Fui a la del compromiso de mi hermana porque era algo especial, pero habitualmente, no suelo ir. Ni siquiera a mi cumpleaños. - respondió Balduino.

- ¿No celebra su cumpleaños y los demás sí? ¿Por qué hace eso? - volvió a preguntar.

- Me cansé de que me mirarán mal por mi enfermedad, de los cuchicheos, de como señalaban las marcas de mi cara y las heridas de mis manos, de pasarme toda la fiesta solo con la única compañía de Tiberias, al cual estoy muy agradecido por su lealtad, pero a veces, necesitaba hablar con gente de mi edad pero no se acercaban por mi enfermedad. De ahí, que empezará a usa la máscara y dejará de ir a fiestas. - dijo Balduino con tristeza.

- Balduino, se que ha sufrido mucho, se le nota al hablar, pero quiero decirle algo, no haga caso de aquellos que se reían de usted. Desde que lo conozco, sé, que es la persona más maravillosa y hermosa que hay. Solo hay que ver, lo preocupado que ha estado y la paciencia que está teniendo. Sino fuera por usted y los gemelos, no hubiera sobrevivido. - le dijo Arya sorprendiendo al Rey al llamarlo por su nombre. Eso lo hizo enrojecer. Ella le hacía sentir especial. Solo deseaba hacerla feliz y le partía el alma verla así.

En tierras extrañasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora