Capítulo 23. El plan Dubois comienza a funcionar.
Aviso: contenido para adultos.
Si entra es por su propia voluntad.Aviso: + 18.
Casa de los Dubois, 1180
Francesc estaba algo impaciente. Ya habían pasado al menos dos semanas desde la boda de Sibila y desde que contrató a varios mercenarios. Habían atacado en varias ocasiones pero aún no había habido respuesta sobre esos ataques. Llevaba meses esperando alguna respuesta que no conseguía, desde que Chatillon comenzó a atacar a las caravanas. Estaba ya desesperado y quería que las cosas se acelerasen.
Llamaron a su puerta.
- Pasen. - respondió.
- Señor, traemos noticias. - dijo el hombre.
- ¿Buenas o malas? - preguntó Francesc.
- El sobrino de Salahadin piensa responder. Está preparando a sus tropas. - respondió el hombre.
- ¿Se sabe a dónde van a atacar? - preguntó Francesc.
- Dicen que se dirigen a Acre, luego seguirán hacia el Sur. - respondió de nuevo.
- ¿Sabes si esta información ha llegado a la corte? - preguntó Francesc.
- Aún no. Supongo que llegará cuando cerquen a Acre. Salvo que estén vigilando si va a suceder algo, claro. - dijo el hombre.
- Gracias por el aviso. Puedes retirarte. - dijo Francesc.
Se dispuso escribir tanto a Inés como a Reinaldo de Chatillon para darles la noticia y que estuvieran preparados para protegerse, por si los musulmanes iban en contra de ellos.
Estaba pletórico. El plan comenzaba a funcionar. Debía ir a ver a su hija, pues debía comenzar a prepararla para lo que se avecinaba. Quería que estuviese bien preparada. Hasta ahora no la habían preparado porque de pequeña, pensaron que no sobreviviría y creían que era una perdida de tiempo y luego porque no veían avanzar el plan. Pero ahora la situación había cambiado.
Se dirigió hacia los aposentos de su hija. En cuanto entró ella se levantó y lo saludo:- Buenos días, padre. ¿Qué le trae por aquí? - dijo María.
- Tengo buenas noticias. Si todo va como yo deseo, pronto te verás coronada como la Reina de Jerusalén. - dijo Francesc.
- ¿Cómo es eso? - preguntó dubitativa María, mientras Lis ponía la oreja como si no quisiera la cosa.
- No puedo darte información sobre el tema, pero si va bien todo y el leproso sobrevive, tú serás Jerusalén. - dijo Francesc con orgullo. - Asique quiero que te prepares bien. Vendrá un profesor a darte algunas clases mínimas para que vayas cogiendo algo de conocimiento. Balduino, por mucho que sea un leproso, es un hombre culto. También quiero que te comportes como una dama y no como una niña. Te enseñarán modales.
- Como desee, padre. - dijo María con una sonrisa enorme. - Haré lo que haga falta.
- Me alegra saber que cooperaras. Mañana comenzaras las clases. - dijo Francesc besándola en la frente. Por primera vez le iba a servir esa niña enfermiza que tantos quebraderos de cabeza les había dado.
Salió de la habitación dejando a solas a María y a Lis.
- ¿Oíste lo que me dijo? - preguntó María a Lis, llena de felicidad.
- Si, señora. - dijo Lis. - ¿Eso la hace feliz?
- Mucho. Espero que mi padre me diga la verdad y finalmente me acabe casando con el Rey de Jerusalén. - dijo María.
ESTÁS LEYENDO
En tierras extrañas
Ficção HistóricaArya emprende un viaje desde uno de los lejanos reinos de la India al Reino de Jerusalén. El motivo de este extraño viaje es buscar a su hermano desaparecido y llevarlo de vuelta a casa. Allí se encontrará con el que llaman el rey leproso, el cual i...