Capítulo 31. María se encuentra con el jardinero.
Aviso: capítulo con temática para adultos. Si entra es por su responsabilidad.
Aviso: ¡Ojo! + 18
Chatillon llegó al Palacio pronto. No sabía porqué le había llamado el rey ni por qué requería su presencia. Pero seguramente no sería por nada bueno.
Se dirigió al despacho de Tiberias, que estaba cerca de la entrada de Palacio.
- ¿Qué quiere de mí el Rey? - preguntó Chatillon.
- Buenos días. - respondió Tiberias con bastante desgana. No le apetecía mucho verle la cara a ese pelirrojo. - Desea hablar con usted del sobrino de Salahadin.
- ¿Del sobrino de Salahadin? ¿Acaso le hice yo algo de nuevo a ese hombre? - preguntó exasperado Chatillon.
- No, pero es para evitar problemas futuros. - dijo Tiberias.
- ¿¡ Qué problemas futuros!? ¿¡Cuáles!? Desconfían demasiado de mí. - dijo Chatillon colmando la paciencia de Tiberias.
- Cuando hable con el Rey, sabrá a lo que me refiero, pero dejé de intentar discutir sin saber todo el contexto. Así que espere que en breve le harán llamar. - dijo Tiberias.
Chatillon no quedó muy conforme con eso pero no me quedó otra. Asique se sentó y esperó a que lo llamasen.
No tuvo que esperar mucho a que le llamarán. Un sirviente apareció y le comentó a Tiberias que el Rey, ya estaba en el despacho.- Vamos. - le dijo Tiberias, acompañándolo hasta el despacho.
Allí entraron los dos y Chatillon se sentó enfrente del rey mientras que Tiberias se puso a su lado derecho.
- Buenos días, Reinaldo. - dijo tranquilamente Balduino.
- Buenos días. - contestó este con desagrado.
- Si le he hecho llamar a mi presencia es porque recibí una carta de uno de mis diplomáticos. - dijo Balduino. - No quiero en absoluto que haga ningún movimiento extraño ni que ataque a ninguna caravana ni sarraceno.
- ¡Llevo ya tiempo sin atacar a ninguna! ¡No me pueden culpabilizar de todo! ¡Es injusto! - dijo Chatillon.
- Nadie dice que volviera a atacar a alguien, se le está avisando de que no vuelva a atacar a nadie en un futuro, porque sino las consecuencias serán terribles, no solo para usted sino para el reino. Y le aseguro que si lo hace, no tendré la piedad que tengo ahora. - dijo Balduino.
- ¿Por qué me vuelven a decir que no ataque a las caravanas? - preguntó Chatillon. - Saben perfectamente que estoy tranquilo en mis propiedades.
- Solo quiero recordarle que lo estoy vigilando y que tenga cuidado con lo que hace. - dijo Balduino.
- Así lo haré. - dijo Chatillon.
- Puede marcharse. - dijo Balduino.
Chatillon se levantó, hizo una reverencia y se fue del despacho.
Balduino aprovechó para escribir la respuesta a su diplomático, para que llegase lo antes posible.- Envíela, cuanto antes. Quiero que se cierre el trato lo más pronto posible. - dijo Balduino mientras le entregaba la carta a Tiberias.
- Ahora mismo la envío. - respondió Tiberias, saliendo del despacho para enviar la carta tal y como había ordenado Balduino. Él esperaba que Chatillon cumpliese su palabra y dejase de atacar a caravanas. Esos ataques eran cosas que a ellos les perjudicaban, obviamente. Y aún más a su Reino. Algo que Chatillon no entendía o que le constaba entender.
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En tierras extrañas
Fiksi SejarahArya emprende un viaje desde uno de los lejanos reinos de la India al Reino de Jerusalén. El motivo de este extraño viaje es buscar a su hermano desaparecido y llevarlo de vuelta a casa. Allí se encontrará con el que llaman el rey leproso, el cual i...