23: En otra vida

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Louis

Después de lo que pasó con Zayn no volví a ver a Harry. Él momento de debilidad que tuve frente a él me hizo sentir patético. No puede ser que que cada vez que algo malo me pase, sienta la necesidad de ir por él. No es justo para Harry. No después de como lo trate.

Por eso decidí pedirle disculpas en la carta que le dije a Liam que le entregará. Desconozco si ya está en manos de Harry o si la leyó. Pero allí solo le exprese lo mal que me siento por tratarlo mal y le dejé en claro que aún lo aprecio, pero que también soy consciente de que en este momento no podemos seguir haciendo como si nada. Necesitamos tiempo.Tiempo para que yo pueda aclarar el lío en mí cabeza y para que él se de cuenta de que merece a alguien mucho mejor que yo. Esto último no me agrada demasiado, pero sé que sería lo mejor.

Además no estoy completamente seguro de poder corresponderle. Es decir, hace unos meses atrás podría haber jurado que jamás me gustaría un chico. Y hasta ahora ese pensamiento seguía incrustado en mí cabeza. Pero entonces aparecio una pregunta que lo cambio todo: ¿Podría llegar a gustarme solo Harry? No cualquier chico. Él.

Ante esta duda llegaron otras tantas más que hicieron desaparecer la seguridad que tenía ante la idea de que no me gustarian nunca los chicos. Porque Harry claramente es un chico y si dudo sobre lo que puedo sentir por él, estoy dudando de mí sexualidad. Muy a mí pesar, pero es así.

Todo empeoró cuando empece a comparar a Hannah con Harry. De repente todo lo que ella hace me parece mal. De repente su risa ya no me causa nada y es la risa de él la que extraño escuchar.

El otro día en el hospital sentí la necesidad de que Hazz me abrazara porque me sentía jodidamente indefenso y se que solo con él me siento seguro. Y con Hannah jamas pude sentirme así. Y eso me hace sentir el ser más horrible del mundo. Porque todo esto lo he sabido siempre, es solo que no quería admitirlo y por ello me obligue a creer que era feliz con alguien a quien no quiero realmente.

Pero, ¿ y si solo estoy confundido? ¿Y si solo extraño mí amistad con Harry y por ello ahora pienso cosas que no son?

¿Qué pasa si voy y le digo lo que me pasa? Podría ir corriendo en este mismo instante y decirle que creo que me gusta, pero, ¿y si al final resulta ser que no es así? Lo dañaria otra vez y muchísimo. No puedo permitirme hacerlo. Por eso lo mejor es callarme lo que sea que estoy sintiendo.

No tengo idea de lo que debo hacer. Mí corazón está confundido y mí cabeza hace lo posible para ignorar lo que me pasa. Solo hay algo que tengo claro. Y ese algo es que no puedo continuar mí relación con Hannah sabiendo que no la quiero como ella espera que lo haga y que además, tengo a otra persona metida en la cabeza. No estaría bien.

Es por eso que con mucha seguridad estoy yendo camino a casa de Hannah. Siendo sincero no estoy para nada triste. No llevamos demasiado tiempo juntos y la razón por la que comenzamos a salir es por qué quise detener a tiempo lo que sea que siento por Harry. Esto último me salió fatal. Y ya no tiene caso seguir con una relación que no tiene futuro. Solo espero que Hannah se lo tome de la mejor forma posible y no me odie.

Detengo el auto frente al hogar de la rubia y tomo una gran bocanada de aire antes de bajar del vehículo. Al tocar el timbre la señora Elizabeth Crowell es quien me recibe con una sonrisa.

—Buenas tardes, Elizabeth. Vengo a hablar con su hija —le aviso.

Ella no tiene idea de quién soy. Es la primera y última vez que vengo a casa de Hannah.

—Pasa, querido. Hannah está en habitación —me señala las escaleras—. Es la segunda puerta a la izquierda.

Hago el recorrido hasta la habitación de la rubia y me detengo frente a su puerta. Doy unos golpecitos esperando su invitación a pasar, pero esto no pasa.

Amarte A Mi Manera |1|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora