34. Fuegos artificiales

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🐼: Canción Enchanted
Intérprete: Taylor Swift


𝙴𝚝𝚑𝚊𝚗

Una botella de cerveza se posó frente a mis ojos y un despreocupado Leo se sentó a mi lado. Tomé la botella y di un sorbo esperando a que anunciara los motivos por los cuales, me citó más temprano de lo acordado. Es treinta y uno de diciembre a las siete de la noche y nos encontramos en un bar a unas cuadras de la casa de Jennie donde pasaremos la llegada del Año Nuevo.

— La razón por la que te cité aquí, amigo mío, es muy simple.

Hice un gesto de aprobación con la cabeza. Movió un poco la botella viendo el contenido. El lugar está un poco lleno especialmente de hombres. Como se dice de esta celebración que es más entre amigos y relajo, a excepción de la Navidad que es más familiar.

— Quiero hablarte de Ela.

— ¿De Ela? ¿Por qué? ¿Le pasó algo? ¿Está bien?

— Está bien, sí. Tranquilo —asentí—. Soy el hermano mayor y es mi deber investigar e interrogar a la pareja de mi pequeño crío.

— No lo hiciste conmigo.

— Porque ya nos conocemos. Eso no quita el hecho de que si alguna vez llegas a lastimarla, no dudaré en hacer de tu vida un infierno. —completó, con una sonrisa de oreja a oreja.

— Quedó claro, jefe.

— Bien.

Bebimos un poco más en silencio. Extrañaba esto, salir con un amigo a pasarla bien sin mucho problema de por medio. Leo y yo nos conocemos desde hace mucho, sin embargo no es que seamos los mejores planeando encuentros entre ambos. Somos más sutiles y la combinación del trabajo con las clases han complicado la situación y disminuido nuestro tiempo libre.

— ¿Planeas regresar a España?

— Por el momento no, no somos ricos ¿recuerdas?

— Claro.

— En un futuro planeo hacerlo. Me gustaría establecerme en el extranjero de ser posible, conseguir un buen trabajo, un buen lugar para vivir y cuando llegue el momento, formar una familia.

— ¿Con cuántos hijos te ves en el futuro?

— Eso queda a disposición de mi futura esposa, es su cuerpo.

— ¿Y te ves con ella? —esbozó una sonrisa antes de beber. La mía está casi vacía y dudo si será buena idea pedir otra considerando que en una hora es la reunión y no quiero quedar borracho tan rápido— Siendo sincero —asintió seguro—, si me veo compartiendo mi vida con Jennie. De todas las formas posibles.

— Ush, ¿cuándo te volviste tan romántico?

— Mira quien habla —me dio un leve codazo provocando que riera—. De seguro te confesaste de una manera tan cursi. Siempre has sido el más encantador de los dos.

— ¿Celos?

— Para nada.

— Supongo que todo eso fue una fachada —comenté bebiendo lo último de la botella.

— ¿A qué te refieres?

— No lo sé —hice una mueca—. Creo que siempre estuve un poco celoso de ti, de todo lo que lograste y me veía a mí mismo en blanco, sin rumbo alguno. Luego ocurrió lo de Elena y simplemente —intenté sonreír—, me perdí. Hacía todo como si fuera una máquina. Agh, estaba tan celoso de tus logros pensando que jamás llegaría a ser como tú y que merecía el odio de mis padres por no poder ser el hijo perfecto o el hijo que tanto desearon —me encogí de hombros—. Y ahora mírame, ni siquiera me hablan. Me gané la lotería.

La chica de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora