20. Un paso más cerca

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🐼: Canción: Perfect
Grupo: Simple Plan

Golpeé la mesa con el puño repetidas veces mientras negaba con la cabeza al escuchar las cuentas que tengo por delante al no tener más trabajo. Mi cabeza apoyada en la misma mesa de vidrio. Leo está sentado a mi lado, lo invité a venir porque necesitaba hablarle y arreglar un poco mi vida de ahora en adelante y solo en él podía confiar. Su estancia en España fue difícil al principio debido a tener que aprender todo lo relacionado a administrar sus cuentas.

— Dime que ya terminaste.

— Mira el lado bueno —dijo con tono calmado. Es increíble que lo esté en esta situación—. No tienes un préstamo con algún banco.

— ¿Eso de qué me ayuda?

— Que no tendrías donde caer muerta.

— Pero no lo tengo.

Como dejó de hablar, levanté la cabeza y una sonrisa inocente es con lo que me encontré. Fruncí el ceño al no entender, él levantó las cejas en señal de respuesta.

— Ni siquiera lo pienses.

— Ni sabes lo que tengo en mente.

— Claro que sí —repliqué colocándome de pie y yendo a la cocina para servirme un vaso con agua—. Así que elimina esa sonrisa.

— ¿Qué sonrisa?

Puso otra sonrisa pero mucho más grande. Negué poniendo los ojos en blanco. Llené mi vaso favorito y le serví uno a él. Volví a sentarme a su lado.

— No le pediré dinero a mamá.

— ¿Qué? No era eso lo que tenía en mente.

— ¿Ah, no?

— No. Bueno —movió su cabeza de un lado a otro, tratando de ordenar sus ideas—, una parte incluirá ir allá. ¡Pero no para verla!

— ¿Qué tienes en mente?

— Tengo dinero guardado que he estado ahorrando y escondí en mi cuarto como un colchón ¿sabes?

— No, no. Jamás podría.

Me puse de pie, pero atrapó mi brazo.

— Hablo en serio, Ela.

— Yo también.

Desvié la mirada mientras bebía un largo trago. Gracias a Dios que no llegó a enterarse que quedé hasta la mierda hace un par de días con mis amigos. Solo se lo conté a Jennie que apareció en mi puerta media hora después porque necesitaba verme con resaca. Tomó muchas fotos. No volveré a hacerlo, el dolor de cabeza era insoportable. Sufro de migrañas constantes pero eso fue otro nivel, casi no podía levantarme de la cama. Ethan fue un amor de persona y me preparó todo tipo de comidas y de medicamentos aunque sí pude notar que cada vez que me veía, sonreía. Sé que le he ocultado muchas cosas, más de las que me gustaría, sin embargo esto es un extremo completamente diferente. No puedo, no puedo.

— Leo, no puedo. Entiéndelo ¿sí?

Se encogió de hombros.

— ¿Qué no entiendes?

— ¿Por qué quieres hacerlo? Prácticamente, como tú mismo dijiste, tengo donde caer muerta.

— Lo sé, lo sé. Conozco la situación entre ustedes dos y no puedo obligarte a regresar. sería un hijo de puta.

— Demasiado.

— Ya quedó resuelto. Iremos a buscarla.

Sonrió y me dio un leve abrazo. Al ver mi expresión, puso sus manos sobre mis hombros.

La chica de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora