La chica de las estrellas

30. Ecos de amor

🐼: Canción Run Away (9와 4분의 3 승강장에서 너를 기다려)
Grupo: Tomorrow by Together - TXT (투모로우바이투게더)

𝓜𝓲𝓬𝓪𝓮𝓵𝓪

Metí mis maletas en el maletero del auto. Jennie pensó que sería buena idea salir de la ciudad un fin de semana a manera de despedida hacia Leo que regresará a España dentro de tres días. El año está próximo a terminarse y ha sido uno digno de escribir en papel y contar a futuras generaciones. Es inicio de octubre, noviembre es un mes irregular por lo que pasa rápido y diciembre... No hay mucha explicación.

Mamá consiguió recuperarse al punto que logró ser contratada en una pequeña agencia que trabaja desde casa dos días a la semana y los otros tres de forma presencial. Un nuevo comienzo para ella, siento que le hará bien salir de casa y mantener la mente trabajando; aún se le dificulta realizar ciertas actividades pero, puede valerse por ella sola. Nuestra relación, me atrevo a decir, ha mejorado mucho. Rara vez discutimos e incluso, vimos una película juntas la semana pasada. Es un proceso de sanación por el que estamos pasando, una sanación emocional.

— ¿Estamos listos? —preguntó mientras se colocó su cinturón de seguridad.

— ¡Sí, capitán!

— Todo bien por acá —respondí agitando mi mano.

— Let 's go, baby!

Leo y Jennie van sentados adelante en cambio, Ethan y yo vamos atrás. Quizá el único motivo no sea solo una despedida para mi hermano, también es para despejar un poco la mente después de lo ocurrido. Recurrí a Leo para que nos buscase y claramente, Roja es el paquete 2x1. Ha estado muy callado desde entonces, le otorgaron un par de días libres en la heladería. Mi mejor amiga y yo estuvimos de acuerdo que no fue para que descansase, sino para no afectar la imagen del establecimiento; los videos rondaron el internet y estuvo por todas las redes sociales. Por suerte, sus rostros fueron difuminados. Solo los que estuvimos ahí conocemos las identidades y por una parte, estoy aliviada de que así sea. Pudo ser peor, un despido con causa. Sigo sin saber el verdadero motivo, no ha querido hablar sobre ello y no planeo indagar más hasta que esté dispuesto a abrirse. Toma tiempo, lo sé y no me iré de su lado. Él esperó lo necesario por mí y deseo hacer lo mismo. Una relación es de a dos y se construye de a dos. Para mí, es la ecuación perfecta.
La pelirroja encendió la radio a los diez minutos de viaje, no contamos con un destino en sí, a donde nos lleve la vida. Queríamos un lugar con playa pero, Leo no es muy fan de la arena.

— Buscaré lugares cerca de una playa.

— Oye, dijimos que nada que involucre el mar y la arena.

— ¿Por qué no? —hizo un puchero. Reí por lo bajo—. Vamos Leo, un poco de sol no te hará daño. Menos de un día.

— ¿Sabes lo peligroso que es el mar? La cifras de personas fallecidas por ahogamiento en el mar son altas.

La pelirroja gruñó y se cruzó de brazos, solté una carcajada. Mi hermano me miró de reojo por el espejo retrovisor y sonrió un poco, lo suficiente para que yo pudiera verlo pero su novia no. La chica se giró en su asiento para regalarme una mirada fulminante.

— Ni malgastes saliva, es un caso perdido.

— Sigo sin entender el porqué.

— De chiquito se lo llevó una ola y nuestro papá tuvo que rescatarlo. Casi muere ahogado.

— No puede ser —su semblante cambió drásticamente, de estar enojada pasó a uno triste. Su mano viajó al brazo de Leo—. Hubieras empezado por ahí.

— Desde entonces, le tiene miedo al océano.

— No miedo, sino mucho respeto —me corrigió, le mostré mi lengua en señal de broma—. Tanto así que respeto su espacio y no me acerco para nada.