1. Reencuentro

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Ⲉⲧⲏⲇⲛ

Sentí que la cabeza me explotaría en cualquier momento dolor de cada una de sus palabras que se mantenían golpeando constantemente como un tornillo siendo martillado. Ese ruido incesante y molesto. Ella parecía estar bien, tranquila y serena. Muy tranquila para ser más exacto, sus brazos cruzados y sus ojos oscuros viajaban de un lado a otro tratando de ignorar los míos.

— Linet, ¿me estás hablando en serio? —frunció el ceño ahora sí, mirándome.

— ¿Alguna vez te he mentido?

— ¿Realmente quieres que te responda esa pregunta?

— Ya —movió un poco su cabello, mofándose—. La verdad no es una de mis cualidades.

Puse los ojos en blanco meneando la cabeza. Pasé las manos por mi cabello logrando que el peinado perdiera su forma. Debo estar soñando, esta pesadilla tiene que acabar aquí y ahora.

— Es que no lo entiendo. ¿Por qué? Simplemente, ¿por qué?

— Ay, cariño —una de sus manos viajó a mi mejilla—. ¿Realmente quieres que te responda esa pregunta? —cuestionó, imitando mis palabras.

— Sí, muy seguro. Tengo derecho a saberlo ¿no crees?

— ¿Tiene que haber una razón?

— Claro.

— Hm, a ver —mordió una de sus largas uñas con diseño antes de dirigirse nuevamente a mí—. Ya no es lo mismo ¿entiendes? Me aburrí —se encogió de hombros restándole importancia. Sus palabras dolieron en el fondo de mi corazón—. Fueron dos años muy divertidos. ¡En serio lo fueron! Pero, ¿pensaste que duraría para siempre?

— ¿No crees en los finales felices?

— Sí, solo que el mío no será contigo.

Auch. Eso debió doler, lo bueno es que soy tu consciencia y no sufro como tu corazón.

— Así que esa es tu excusa. Dos años a la basura... ¡Y en nuestro aniversario!

— Lo siento, Ethan. Las situaciones así se dan.

Unió nuestras manos una última vez, pero ahora no sentí calidez sino un frío como el hielo con su tacto. Ya no siente nada por mí, eso es seguro.
Tomó sus pertenencias para levantarse del asiento.

— Pagas tú ¿verdad? Nos vemos por ahí.

Dicho esto salió dejándome con los platos de comida casi sin tocar y la bebida igual. Gasté una parte de mis ahorros para esta cena de aniversario en un restaurante lujoso y adecuado para ella... ¿Para que terminase de esta forma? Vi mi plato lleno y se me revolvió el estómago, lo alejé y bebí la copa de champaña por completo antes de pedir la cuenta.
A medida que avanzaba por el pavimento con mis zapatos de vestir, mi camisa manga larga, saco y pantalones de vestir, los únicos pensamientos que reinaban en mí eran ella, Linet. Mi ex novia. Saqué mi celular para buscar su contacto, pero es inútil. Dejó muy en claro sus ideales y aunque duela mucho, debo respetarla. Ella haría igual en caso de ser viceversa ¿cierto?
Necesito ahogar mis penas en el alcohol rápido, sin embargo no hay ningún bar relativamente económico para mi bolsillo que se encuentre cerca así que terminé llegando a un pequeño parque con un par de atracciones para los niños.

— ¡Mierda! —exclamé pateando una piedra que se encontraba en mi camino mirando el cielo estrellado. No hay nadie a los alrededores, es tarde, a una hora de la medianoche. Me dejé caer en el tobogán pasando mi brazo sobre mis ojos solo deseando que este día acabe.

Mis ojos comenzaron a cerrarse a pesar de lo incómodo de la posición de mi cuerpo y los bichos haciendo de las suyas. El sonido de una roca siendo pateada tal como yo lo hice, me hizo abrir los ojos debido a la proximidad del mismo. Me incorporé en el tobogán enfrentándome a lo que vendría. ¿Dónde quedó mi instinto de supervivencia estando en este lugar completamente solo y lejos de casa? Un punto menos a mi tarjeta de latino.
Una figura humana se acercó caminando. Mientras más cerca está, distingo la contextura de una mujer. ¿Podrá ser un policía? ¿O una ladrona? Usé mi celular simulando estar completamente entretenido, pero mi tranquilidad se desvanece al ver el ícono de la batería completamente en rojo.
Eso es peor, idiota. Le estás mostrando tus pertenencias y encima no traes cargador.
¿Quieres dejarme en paz?
Soy tu consciencia, no es sencillo deshacerse de mí.

La chica de las estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora