—Relájate Sebastián —dijo mi mamá al ponerme su mano sobre mi rodilla—, todo va estar bien.
Desde que habíamos llegado al restaurante no dejaba de mover mi pie por los nervios, no sabía de qué quería hablar Omar, aunque era obvio que se trataría sobre la relación que tenía con mi mamá. Estuvimos esperando por quince minutos cuando se acercó un hombre tomado de la mano de una niña de aproximadamente siete años de edad.
Al estar más cerca de nosotros la niña soltó la mano del hombre y abrazó a mi madre.
—Martha —dijo la niña al momento de rodear sus pequeños brazos alrededor del cuello de la mujer.
—Hola hermosa —contestó mi madre con una sonrisa.
—Buenas noches —saludó Omar al sentarse en la silla que estaba a un costado de mi mamá.
El hombre tomó a su hija y la puso en el asiento vacío que estaba a su costado, como la mesa era circular, la pequeña quedó a mi lado izquierdo.
—Clarisa, él es mi hijo Sebastián —dijo mi madre al señalarme.
—Hola —saludo la niña agitando su mano en forma de saludo, mientras que tenía una sonrisa en el rostro.
—Hola —dije devolviéndole la sonrisa.
—Perdón por la tardanza, pero se me cruzaron algunas cosas —se disculpó Omar, con una sonrisa un tanto tímida—, ¿Ya ordenaron algo?
—No, los estábamos esperando —contestó mi madre.
El mesero se acercó a nosotros y nos tomo la orden para cada uno. Mientras esperamos nuestra cena, Omar y mi mamá hablaban entre ellos, hasta que sentí como alguien tocó mi brazo derecho, volteé a ver a la niña.
—¿Sabes hacer un barco? —Preguntó Clarisa al entregarme una servilleta de papel.
—Sí —contesté cuando lo agarré, la doblé una y otra vez hasta que tomó forma de un barco, ella solo me miraba con atención hasta que terminé—. Listo.
Le entregué el barco, ella lo agarró con una sonrisa, tomó otra servilleta y me la dio.
—¿También sabes hacer aviones?
Tomé el pedazo de servilleta e hice un avión de papel. Al momento de entregárselo ella sonrío. Hasta ese momento todo estaba transcurriendo con normalidad, no había sucedido nada incómodo, un mesero se acercó a nosotros y nos dejó nuestra comida enfrente de nosotros, mientras comíamos nos quedamos en silencio, hasta que Omar habló.
—Sebastián —dijo él, así que lo volteé a ver—, tu mamá me comento que dentro de un mes vas a hacer el examen de admisión a la universidad, ¿Cómo vas con la guía de estudio?
—Bien, solo que se me complica un poco en la parte de inglés.
—Si gustas te puedo ayudar con eso, aunque no lo creas, sé hablar inglés —dijo el hombre con una sonrisa.
Miré a mi madre de reojo y vi que tenía una sonrisa, lo que significa que le agradaba la idea.
—Claro —contesté.
Aunque no sabía si lo estaba haciendo para que aceptara su relación con mi mamá, o en realidad me quería ayudar, así que no le di mucha importancia a ello. Omar estaba por volver a hablar cuando su celular sonó cuando le llegó un mensaje, sacó el aparato de su bolsillo y para leer el texto, su expresión cambió por una de preocupación.
—¿Qué sucede? —Preguntó mi madre al ver su rostro.
—En el grupo del salón de Clarisa, alguien mandó una foto de su hija que está en la secundaria, no saben de ella desde ayer por la tarde, al parecer fue hacer una tarea con un compañero y no ha regresado a su casa.
ESTÁS LEYENDO
Desaparecidos
Mystery / ThrillerAntonio Lugo ha desaparecido. El pueblo de Zarca entra en pánico cuando el chico se va sin dejar ningún rastro, pero no es el único, otros habitantes como en sus alrededores empiezan a desaparecer, nadie sabe donde pueden estar. Todos piensan en un...