Uno.

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Me siento en la acera, con el cabello aún chorreandome de agua, a esperar que mis padres vengan a darme el sermón del año.

El estúpido de Bruno lanzó las llaves de mi motocicleta a la piscina de los señores Jakeson. No me quede atrás, y las llaves de su Audi quedaron en el fondo también.

Naturalmente, ambos nos arrojamos a por nuestros bebés. ¿Y adivinen qué? Los estúpidos de nuestros amigos también se lanzaron a nadar. Cuando los Jakeson amenazaron con llamar a la policía, se esfumaron en el aire y nos dejaron los platos rotos.

Nos denunciaron por allanamiento y agresión física... y aquí estamos. Si a mis padre no se les da la gana de venir, pasaré un mes en una cárcel para jóvenes.

En estos momentos desearia ser menor de edad.

Estúpido Bruno. ¿Cómo alguien tan dulce como Presley puede tener un hermano tan idiota?

Siento cuando se sienta a mi lado, sacudiéndose el agua del pelo cual Gran Danés.

-¡Me estás mojando, idiota!

-¡Pero si ya estás mojada!

Le mando un puñetazo en el brazo derecho. Se lo frota mientras se queja:

-¡Oye! ¿Pasa algo?

-¡Sí! ¡POR TU PUTA CULPA AHORA ESTOY EN UN PROBLEMA CON LA LEY!

-Como si no lo hubieras estado antes.

-Sí, pero no involucraba a mis padres -digo, recordando tantos graffitis en las paredes y desastres en centros comerciales-. ¡Ni siquiera pude recuperar mis llaves!

Carraspea, y mi llavero se materializa ante mí. Ahogo un gritito, y cuando estoy a punto de cogerlas, las aparta de mi alcance.

-Primero dame las mías.

Entrecierro los ojos, y me río al darme cuenta lo estúpido que es esto. En lugar de lanzarnos a por nuestras propias llaves, nos lanzamos a por las llaves del otro, sólo para jodernos más.

Así de estúpidos somos.

-Vale -saco su llavero de mi bolsillo, y él me da el mío.

-¡_______ NICOLET TAYLOR WESTER MARTIN!

La voz enojada de mamá me hace saltar. ODIO mi nombre.

-No escuchaba tu nombre completo hace años -se burla Bruno, mientras se deshace en carcajadas.

-Cierra la boca.

-Cuando seas mayor que yo, ahí me das órdenes.

-Weeee.

-Weaaaa.

-WEAAAGGHH -nos gritamos los dos.

-Niños.

Ay, no... ¿Don Peter también aquí? Esto no es bueno.

Me pongo de pie para recibir el sermón del siglo. Visualizo a mamá, roja de ira, con un abrigo carísimo, vestido beige y botas. Esa mujer no ve la hora cuando se trata de ir bien vestida. En cambio, Don Peter lleva una chamarra, camiseta y pantalones de pijama. Seguro lo hemos pillado durmiendo. Bernie va agarrada de su brazo, con vaqueros y chamarra.

-Mi madre está enfadada -murmura Bruno, asustado.

¡¿Bernadette Bayot enfadada?! Dios, este es nuestro fin.

-Reza porque Dios se apiade de tu alma -susurro.

-Ay,

Mi madre llega donde estoy, y me suelta un par de barbaridades. Groserías por aquí, sermones por allá... más de lo mismo.

Viviendo con el Idiota (Bruno Mars)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora