La joven lo tomó por los hombros y el cuello y le plantó un apretado beso en la boca. Apretado y seco, porque no separó los labios y sus lenguas no entraron en contacto.
No era que hubiera besado mucho en su vida; a veces hasta le costaba trabajo encontrar el ritmo perfecto entre los labios y la lengua. Siempre le pasaba con Josué, quien resultaba un poco tardo para suavizar los besos y llevar la cosa a otro nivel, pero no le pasó así con Nikolay, quien había besado mucho en su vida y halló el ritmo perfecto entre sus bocas y sus cuerpos, los que se rozaron con premura.
Para él fue una sorpresa que la jovencita se lanzara sobre su cuerpo y le rozara la boca con tan poca experticia y, no obstante, ese era el beso más desabrido que había recibido nunca, su entusiasmo y atrevimiento dijeron más.
Como no estaba dispuesto a desaprovechar ese primer encuentro, la tomó por la espalda cuando ella apenas le tocó y tomó el control como tanto le gustaba, de todo su torpe e inexplorado cuerpo.
Nikolay la tomó por la nuca y, sin moverse de su posición, le invadió toda la boca, separándole los labios con la lengua y entrando en ella con humedad y tibieza. Kiara pensó que se iba a morir en ese momento, cuando su lengua gruesa recorrió su paladar y buscó su músculo inexperto para rozarlo con descaro.
Que bien se sentía su lengua, el sabor dulce de su boca y su saliva espesa; los movimientos suaves, pero profundos de su lengua alivianaron toda sensación de temor y, con lentitud, fue deshaciéndose de sus aprensiones.
Le enterró las uñas en los hombros fornidos sin cuidado y apretó los ojos con cada roce de sus labios, los que fueron volviéndose más suaves y lentos, o al menos así lo sintió ella; fue relajándose acorde sus manos descendieron por sus desnudos hombros y brazos y otras sensaciones empezaron a invadirla y a confundirla.
Nikolay vislumbró que su piel también era virgen y que era el primero en rozarla así, arrastrando los dedos y rozándole las uñas, dejando en esa piel de alabastro trizas de lujuria.
A Kiara la gobernó el deseo que nadie había sido capaz de despertar, ni siquiera ella misma cuando intentaba tocarse en las noches, en las que nunca encontraba éxito, mucho menos su clítoris.
Había llegado a pensar que era frígida, que tendría que valerse de su carrera de actriz para actuar orgasmos y mantener una relación romántica tóxica, basada en mentiras, pero allí estaba, gimiendo natural sobre la boca de un desconocido.
Nikolay se recostó con suavidad entre todos los cojines que habían complementado su tarde interesante de picnic y la recibió a ella sobre su cuerpo.
A Kiara no le costó trabajo sincronizar los muslos para subírsele a horcajadas, pero era él. Era su efecto. Era tan bueno con las mujeres que no la hizo sentir torpe, no como Josué siempre hacía y le acarició la piel por encima del vestido, haciéndola sentir deseada y segura.
Cuando sus cuerpos entraron en contacto, uno más ardoroso y erótico, Kiara chilló sobresaltada cuando lo sintió directo en su coño húmedo; las braguitas que había elegido para ese día eran tan delgadas que su erección se sentía allí, palpitándole en ese centro perfecto que él ansiaba explorar.
Solo allí volvieron a mirarse a las caras y buscaron los dos la aprobación del otro para continuar.
A Kiara le costaba soltarse, era algo que tenía grabado en lo más profundo de su ser y tuvo que esconder la mirada, avergonzada por lo que estaba sintiendo, por la forma en que empezaba a arder y no sabía cómo apagar ese incendio en el que se quemaba.
Pero no se quemaba sola, él la acompañaba y, demonios, esa era la mejor sensación del mundo.
Nikolay advirtió lo que sucedía y le besó la comisura de los labios con cuidado, con los ojos cerrados. La besó dos veces hasta que ella se relegó de sus ataduras y se soltó otra vez, rodeándole el cuello con las manos y volviendo a zambullirse en su boca versada.

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El mejor comprador
Mystery / ThrillerFascinante, letal y perspicaz, Nikolay Popov es un demonio ruso que viste trajes de caballero para ocultar la oscuridad que lo rodea y la sangre que ensucia sus manos. De moral cuestionable y un pasado tempestuoso, llega a la vida de Kiara con un ú...