Capítulo 29
Alicia entró en su habitación sintiendo un vacío enorme en su estómago. Se sentó en la cama pasándose los brazos por su cintura. El vacío sin su amiga le provocaba ganas de llorar.
Desde que Nerea volvió, gracias a la caja, a restablecer su relación como antes de la primera vez que Alex y David la comenzaran a separar del mundo, en una soledad aterradora, que poco a poco asumió y se repuso. Nerea y ella no se habían vuelto ha separarse ninguno de los días. Ahora, nuevamente por ese cretino, volvían a estar lejos la una de la otra aunque fuesen unas horas.
Alicia miró a la puerta del armario aún con los brazos cruzados entorno a su cuerpo, comenzando a notar la nueva soledad ante ella.
La caja era la solución. Ya lo fue una vez. ¿Por qué no una más?.Se levantó con la clara intención de sacar aquella caja del fondo del armario para utilizarla como debería haber hecho la última vez.
La puerta de su habitación frenó sus pretensiones al abrirse con su madre detrás de un vaso de agua y dos pastillas.
— Alicia tienes que tomarte esto antes de dormir. — Dijo su madre observando el rostro de su hija. — ¿Que te ocurre peque?. — Le dijo sentándose a su lado dejando el vaso de agua junto con las pastillas en la mesilla.
— ¿Y si vuelve a ocurrir?. — Dijo la pequeña con los ojos vidriosos.— Nadie te va a volver a hacer daño cariño. — Contestó su madre acariciando el pelo de Alicia.
— No me refiero a los golpes que nos dieron ama. Ni al brazo roto de Nere. Me refiero a quedarme sola y apartada una vez más. A que Nerea se vuelva a alejarse de mi. Tengo miedo a eso.La madre de la pequeña sintió un dolor profundo dentro de su alma al escuchar las palabras de su hija. Garbiñe sabía por lo que pasó Alicia esos dos años sin que nadie escuchase sus palabras de ayuda en ningún lado. Y es que cuando no te toca de cerca, la gente no lo ve. Ni pretende verlo.
En la escuela sacó el tema ante el consejo escolar y posteriormente ante la directora del centro junto con el jefe de estudios y la orientadora. Las respuestas siempre fueron las mismas: "Será cosa de niños". "No hay que darle tanta importancia". "Seguro que ella en algún momento también ha hecho entristecerse a otra niña".
Pero no. Alicia llevaba soportando el peso de su vida siendo absorbida por dos abusones. Inutilizando su día a día, alejándose de una vida normal. Eso su madre lo veía con claridad cada día. Al principio la niña solo se refugiaba en si misma, ocultándose hasta de ella.
Su padre, lo notaba en cada marea que volvía a puerto, preguntando a la pequeña que le ocurría. Nunca lo desveló. Como nunca dijo que cosas le hacían. Pero Arkaitz regresaba a la mar partiendo de puerto con el alma hecha trizas.— Alicia. Sabes que eso no va a pasar esta vez. Esos dos años se quedaron atrás. Acabas de cenar junto a tu amiga. Todo está bien. Lo único que hoy es mejor que durmáis cada una en su casa porqué sus padres también están preocupados por ella. Será cosa de días. Pero mañana estaréis nuevamente juntas.
Los ánimos de su madre no difuminaban las dudas que seguían presentes en la cabeza de la pequeña. En silencio, oyó paciente lo que su madre le tenía que decir.
Agradeció sus palabras, pero en la cabeza de Alicia solo se dibujaba un rostro. Un rostro que la enfurecía.
Un rostro que ya le había quitado mucho, durante demasiado tiempo.
Alicia supo que estaba decidida a probar la caja como debería haberlo hecho la última vez que no pensó en nada. Pero esta vez no cometería el mismo error. Esta vez tenía claro lo que deseaba.La madre de la pequeña, le acercó la primera de las pastillas junto con el vaso de agua. Alicia se la tragó junto con un sorbo de agua con la mirada fija en la pared. La segunda, un poco más grande que la anterior, roja y azul, le costó un poco más provocándole una leve arcada.
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La caja
Mystery / ThrillerUn hombre extraño aparece en la vida de la pequeña Alicia. En una mano porta una pequeña caja de música con una manivela y un único botón. ¿Será capaz de sobrevivir a la presión que está por descubrir su cerebro de niña?. Precuela de la próxima obra...