14. ¿Enamorado? Enamorado.

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Los encantos de una persona atrapan a otra. El corazón se enamora de imposibles, pues le gusta ser llamado masoquista. La verdadera pregunta es; ¿A qué corazón le gustaría ser llamado así?

-¿Entonces no vendrás? -preguntaba por milésima vez la pelinegra por del otro lado de la linea.

-No y deja de insistir . -habló con un tono cansado, pues Sulli seguía insistiendo en que fuera a la cafetería.

El trabajo era muy tranquilo los domingos por la tarde, así que Sulli podía cubrir fácilmente a Jungkook sin que su jefe se enterara.

-Ya, está bien. -bufó. -Solo que está te va salir muy caro, Jeon. ¿Sabes cuánto me aburro aquí sola?

-Solo es por este día. Mañana me sentiré mejor y hablaremos todo lo que quieras. -consoló el pelinegro.

Jungkook colgó la llamada y con pesadez se levantó de su cómoda cama para ir a darse un baño. Había decidido faltar a la cafetería y no por gusto, simplemente un dolor de estómago le estaba haciendo una muy mala jugada. Incluso faltó al orfanato para ver a sus niños, claro, se encargó de avisar a la madre solar sobre su ausencia.

La noche anterior estuvo escribiendo hasta la madrugada de no haber Sido por un trueno que lo despertó, se hubiera quedado dormido ahí en su escritorio y quejarse al día siguiente tal vez por algún dolor de cuello por la mala postura. Pero no, se fue a su cama y cayó rendido sin poner su pijama.

El agua tocaba su blanquecino cuerpo, colocó jabón y lavó cada parte de su cuerpo. Al terminar su ducha, salió y colocó su pijama de conejitos. No estaba mal, pues se quedaría todo el día en casa y que mejor que ponerse su cómoda pijama.

Las cinco de la tarde estaban llegando y por fin Jungkook optó por comer algo, debido al dolor de estómago no quería ingerir ningún alimento pesado para luego vomitarlo. Preparó algo sencillo; pan tostado con mermelada y algo que no puede faltar; su café.

Caminó con su desayuno hasta su escritorio, encendió su computadora para seguir trabajando, pero se sorprendió al ver escrito en ella con letras negritas "Kim sonrisa linda Taehyung" dió una mordida a su pan y un sorbo a su café.

Recordó la noche anterior dónde pensó en Taehyung, en la foto enmarcada que posaba en su escritorio. ¿Cuando empezó a ser así? Ahora su vida había cambiado por completo gracias al Doctor Kim. Nunca se imaginó salir a un parque de atracciones, mucho menos contarle a alguien sobre aquello que lo perseguía silenciosamente.

Un tonto podrían llamarle, pues el conocía lo impredecible que puede ser la vida. Las jugadas que el destino puede llevar acabo y entonces estaba agradecido. Agradecido porque la vida y el destino empatizaron con él y le pusieron a Taehyung por el frente. Su cabeza estaba llena de dudas, pues el sentimiento que trataba de esconder cada vez luchaba con salir más a la luz, pero ¿a quien engañaba realmente? Trataba de engañarse a si mismo, pero ya no podía hacerlo.

Porque se había preocupado más de lo que debería aquella vez que el castaño enfermó. Porque su corazón latía con rapidez cuando se miraban en el orfanato, porque le gustaba pasar tiempo con Taehyung y que ambos jugaran con los niños.

Porque le había dolido verlo tomado de la mano con alguien más y entonces lo supo.

Ya no podía engañarse más.

Cerró su computadora, se echó hacia atrás y dió un último sorbo a su amargo café, porque a pesar de haber puesto la suficiente azúcar se sentía tan amargo. Tan amargo como la sensación de angustia que sentía en su pecho. Tenía que aceptarlo y no quedaba nada más. Abrazó sus piernas y comenzó a moverse de adelante hacia atrás.

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