FINAL.

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Largas y duras semanas habían transcurrido luego de aquel trágico suceso para la pareja. Un suceso que ambos se estaban esforzando por sobrellevar en especial el de cabellos azabaches quien había aceptado tomar terapia psicológica con la doctora Park Jihyo, una buena amiga de Yoongi.

El proceso fue complicado los primeros días, Jungkook nunca pensó tratar aquello directamente, pues no solo se estaba tratando lo que había ocurrido recientemente, sino también aquellos problemas que le habían atormentado en su niñez. Poco a poco su alma estaba siendo sanada y curada, todo al lado de su amorosa pareja quien permanecía a su lado en cada paso que este daba.

Su rutina seguía igual, y como todo en su vida estaba dando un gran giro en su mayoría favorable, tomó la decisión de cambiar de editorial puesto que gracias a la terapia había entendido que en cualquier lugar merecía un buen trato y por ello lo dejó. Con una sonrisa triunfante dejó al viejo Lee y su editorial para cambiarse a una mucho mejor y en dónde fue bien recibido al igual que el libro que estaba siendo esperado por la mayoría de sus lectores.

Con nuevas ideas y ramas de inspiración, creó un mejor desenlace para el desarrollo de sus personajes, mismos que seguirían sufriendo de la misma manera.

Simplemente algunas cosas nunca cambiarían.

La tranquilidad le acompañó en cada segundo del recorrido llamado vida, ese en el que probablemente ya iba en la mitad, tomado de la mano de la valentía y la tristeza formando un balance perfecto cuando estuvo frente a sus padres en aquel juicio en el que Namjoon le asesoró por completo y le ayudó a llevar a cabo esa decisión que aunque era dolorosa, era necesaria para su avance.

A sus padres les habían dado veintisiete años como condena, y aunque su corazón crujió al escucharlo, supo que era lo correcto. Aunque verdaderamente la lastima invadía su cuerpo al ver a su madre siempre tan sumisa al lado de su padre, misma que se dejó arrastrar hacia el vacío en el que justo ahora se encontraban.

Aquella ya no era su familia.

Había hecho una nueva al lado de Hoseok y Henry, Jimin y Yoongi, la madre Solar y todos sus niños. Y por supuesto, con Taehyung.

Con el castaño que le estaba mostrando de a grande lo que verdaderamente era una familia, una que tuvo que buscar escalando tantos altibajos, pero que al final la llegada lo compensaba.

Sin embargo, tenía que darle un cierre al dolor tal y como se lo había dicho su psicóloga, por supuesto esta le había dado la opción de si quería o no hacerlo, no estaba siendo obligado a nada y ambas eran buenas opciones, pero Jungkook necesitaba hacerlo.

Necesitaba dar ese punto final al párrafo llamado padres.

Así que, sin nerviosismo, entró a la sala especial para visitar a los presos. Sus ojos no se sintieron picar cuando vio a sus padres sentados en aquellas sillas esperando por él.

Caminó decidido y se sentó frente a ellos, estos ni siquiera se inmutaron en levantar la cabeza, pues estaban demasiado avergonzados para ver el rostro de su hijo, bueno al menos uno de ellos si lo estaba.

-Yo... Quiero que me vean. -Ordenó el menor con voz clara a sus progenitores. - Levanten su rostro para verme por última vez.

Ambos mayores lo hicieron con lentitud hasta que vieron el rostro brilloso y lindo de su hijo.

-Mi bebé... - sollozó su madre. Su rostro era deplorable, su estado era mucho peor. -Lo lamento tanto, de verdad lo lamento...

Jungkook dio un largo respiro.

-Seré directo porque solo tenemos diez minutos. -habló interrumpiendo a la mayor. Su padre simplemente tenía la mirada perdida. -No vine aqui para escuchar sus disculpas, tampoco para escuchar si están arrepentidos. Solo vine aquí para despedirme.

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