11. El ganador

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✨Capítulo dedicado a  Inés, gracias por todo el apoyo que me estás dando y encantada de conocerte

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✨Capítulo dedicado a Inés, gracias por todo el apoyo que me estás dando y encantada de conocerte. Espero que lleguemos a ser buenas amigas gonzalez_b

El próximo capítulo será dedicado al primero que comente 💫💫💫

Espero que Chris sepa dónde esconder su culo por el resto del año. Después de haberle dado mi dirección a la pesada tiene los días contados. Sabiendo que es una de las únicas personas en las que confío y disfruto de su compañía, no debería de haber traicionado nuestros diez años de amistad de está manera.

Me pregunto si está será una de sus jodidas bromas; como la vez que me abrió un perfil de tinder y empezó a enviar milfs al parque al que solía ir todos los días.

Dally da una vuelta por el estrecho pasillo entre mi cama y el escritorio, observando las polaroids que tardé horas en pegar sobre las paredes. Se detiene y toma una.

—¡Joder!, deja de tocar—digo con brusquedad y me acerco quitándole la foto de las manos.

Ella da un respingo asustada pero su destello se queda estancado en un tenue verde, que se intensifica a medida que sus ojos oscuros me observan fijamente. Detesto ese color. Y detesto que la gente se meta en mis cosas.

Tres, dos, uno e interrogatorio de la pulga:—¿Dónde conseguiste las fotos?

—De una cámara.

La castaña levanta las cejas y sonríe con falsedad.
—¿No jodas, en serio las fotos salen de una cámara?

O yo estoy bajando demasiado la guardia, o ella se está volviendo más valiente.

Sin embargo, de lo que sí estoy seguro es de que quiero que se vaya lo antes posible, y ya está tardando demasiado. Regreso la foto a su lugar correspondiente y me doy la vuelta para asegurarme de que no se encuentra con sus intrusas manos sobre mis cosas.

—¿Hiciste tú las fotos?

—Sí

—¿Tienes una obsesión con los ríos o algo así?—inquiere en tono curioso.

—Cierra la boca, Dally—arrastro los dedos entre los mechones de mi cabello exasperado—.No has venido a conversar conmigo ¿cierto?

Y por una vez desde que lamentablemente nos conocemos, ella me escucha. Nunca había disfrutado tanto del silencio como ahora y lo saboreo como si fuese la comida del mejor chef del mundo. Un sabor que apenas dura medio segundo.

—Entonces, ¿eres fotógrafo?

—No—. Chasqueo la lengua y la escudriño, sin apartar mis iris de los suyos, retandola para que vuelva a abrir la boca.

No entiende la palabra no y no entiende cuando no quiero escucharla. Comportamiento de princesa caprichosa que no soporta cuando las cosas no salen a su manera o cuando la gente no quiere hacer lo que ella ordena. Quizás su alteza necesita súbditos más cualificados que yo.

Between starsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora