Tienes un secreto que podría arruinarte la vida.
Empiezas a calcular tus pasos, acciones, palabras y la gente que se acerca a ti.
Algo se te sale de las manos, terminas conociendo a la versión andante de una radio sin botón de apagar.
La odias, la d...
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Magnífica, asombrosa, extraordinaria, inigualable..... Me quedo sin palabras para describir lo que mis ojos son capaces de ver por primera vez. Cautivada, atónita y con el cerebro a punto de tener un cortocircuito por la avalancha de estímulos y sensaciones que está procesando al mismo tiempo. Miro en todas las direcciones sin saber exactamente a qué prestarle atención primero, incluso el suelo de mármol gris me parece la cosa más fascinante que alguna vez he presenciado.
Doy unos pasos, adentrándome más en el lugar y mi boca podría haberse caído al suelo pero esto es la vida real, no unos dibujos animados. Lo primero que atrapa mi atención por completo es la enorme cristalera, que abarca desde la parte de abajo de la biblioteca hasta el último. Filas y filas de libros se encuentran encerrados detrás de esos cristales. Millones de hojas de papel que cuentan miles de historias, mundos, personajes y el conocimiento de una cantidad incontable de autores. Tardaría tres vidas en leer todos esos libros. Y no me importaría morir tratando de leer cada uno de ellos. Me obligo a salir de mi ensimismamiento y continuo caminando mientras sigo las señales del techo.
Llego tarde, se supone que habíamos quedado a hace unos veinte minutos pero me perdí tratando de encontrar la entrada principal. Empiezo a subir por las escaleras de caracol pero no puedo evitar detenerme cada tres escalones para mirar hacia abajo. Las paredes blancas, las largas columnas y la arquitectura moderna son los elementos que más caracterizan a la biblioteca británica. Una composición perfecta. A regañadientes continuo subiendo las escaleras y termino en un piso repleto se mesas de estudio y todas ellas ocupadas por personas de diferentes edades que se encuentran concentradas en lo que están haciendo. El silencio es absoluto, tan solo se escucha un leve murmullo, el sonido de las teclas al ser pulsadas y los pasos de los que se encuentran pululando entre los pisos de la biblioteca. Mi teléfono vibra en el bolsillo trasero de mi minifalda y lo saco. No necesito mirarlo para saber quien es.
De: Pirulo ¿Dónde coño estás?
De verdad que su amabilidad es incomparable, me sorprende cada vez menos.
De: Dally
Ya estoy aquí ¿dónde estás tú?
De: Pirulo
En el primer piso
Me doy una palmada mental. Todas las mesas son iguales, cómo pretende que lo encuentre con una foto donde solo se ven su dedo del medio con una lámpara a su lado. Entonces,me pongo de puntillas e intento encontrar su cabellera negra entre todas estas cabezas. Lo busco por al menos unos cinco minutos hasta que doy con unos ojos verdes que conozco a la perfección
—Llegas tarde—dice tan pronto como mi culo toca la silla frente a él.
—Me perdí.
Una risilla casi inaudible se le escapa y la detiene mordiéndose el labio inferior. —¿Necesitas un príncipe azul para no perderte?
