Creo que se me ha olvidado cómo respirar, necesito instrucciones para lo único que me mantiene con vida. No debería de estar tan nerviosa, solo he venido a esperarlo para irnos juntos. Pero, siempre hay un pero. Pero probablemente tendré que encontrarme con su familia y no es algo a lo que estaba aspirando. Mucho menos, si su mamá es abogada, me dan miedo los abogadas porque pueden discutir sin llorar y yo lloro cuando alguien me grita.
«Inhala, exhala, no te ahogues, inhala, exhala.»
Recorro el camino iluminado entre el césped del porche y me detengo a unos pasos de la puerta. Reviso que mi cardigan rosa no esté arrugado y que la tela blanca de mi falda no se haya manchado. Uno, dos, tres y mis nudillos impactan contra la madera de la puerta. Se escuchan unos pasos y la versión femenina de Rigel abre la puerta. No puedo evitar quedarme ensimismada. El mismo pelo negro solo que el de ella llega hasta sus hombros y la misma piel bronceada. Incluso los rasgos del rostro son muy parecidos, pero más delicados y con unas cuantas arrugas. Juraría que Rainstar también tiene ese lunar sobre su ceja.
—Hola— saluda con una expresión de confusión mientras se abriga en el suéter que lleva puesto.
—Hola, soy Dally— balbuceo.
«¡Ahh! Ni siquiera puedo hablar bien».
—Dally— repite la señora con dulzura, sus ojos verdes se iluminan al igual que el amarilllo de su destello y su cabeza se inclina a un lado — vienes a ver a Rigel ¿cierto?
Asiento y parece una niña pequeña por la manera en la se emociona y abre la puerta, invitándome a pasar.
—Soy Selena, su madre— se presenta y me da un cálido abrazo al que correspondo dubitativa —¿Quieres un café?
No he tomado ni un solo gramo de cafeína en todo el día y me siento tentada a aceptarlo pero mi madre me enseñó que no debo ir a la casa de la gente a esperar que me den de lo que ellos tienen. Según ella, es maleducado hacer eso.
—No, estoy bien— mi voz suena tan bajita que ella se acerca para poder escucharme.
—Ven, vamos al salón. Te voy a preparar algo de picar mientras esperas por mi hijo— refuta y sonríe con amabilidad.
Camino detrás de ella por un pasillo adornado por fotos de Rigel y otro chico. Cada foto captura un momento diferente de sus vidas, desde que eran bebés. Graduaciones, cumpleaños, vacaciones y logros. Es curioso que en las fotos donde aparece de pequeño siempre hay una sonrisa y cuando empieza a crecer esta se esfuma. Selena me indica que me siente en el sofá y se va, dejándome sola. Empiezo a observar los alrededores del amplio salón pintado de gris, intentando que mi corazón deje de latir tan rápido. Toda la casa tiene una estructura moderna y la decoración es bastante monótona.
El chico de las fotos aparece en mi campo de visión, por sus ojos verdes asumo que es el hermano o primo de pirulo. Se detiene frente al sofá, deja de alborotar su pelo castaño claro y me mira, frunciendo el ceño. A continuación, su destello se torna amarillo y su boca cae abierta.
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Between stars
RomanceTienes un secreto que podría arruinarte la vida. Empiezas a calcular tus pasos, acciones, palabras y la gente que se acerca a ti. Algo se te sale de las manos, terminas conociendo a la versión andante de una radio sin botón de apagar. La odias, la d...