22. Fase 1: verde

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Oficialmente el plan Rigel ha comenzado y nos dirigimos a la primera fase. La prueba de odio y desagrado. Al principio pensé que sería fácil, Rainstar es del tipo de personas que le tiene asco a todo y a todos.

«Pan comido sacarle un destello verde, ¿cierto?»

Pues no, tuve que romperme la cabeza durante días para planearlo todo. Me aprendí su lista de memoria y mi primera opción era llevarlo a una granja de caracoles pero hubiese sido muy aburrido. La segunda opción era encontrar un seminario de por lo menos dos horas pero hasta yo me hubiera dormido escuchando a un muermo hablar. La tercera opción era aprenderme un montón de chistes malos y la descarté inmediatamente. Después de todas esas ideas fallidas se me ocurrió la idea maestra.

—¿Dónde coño me has traído?— masculla Rainstar en cuanto el guardia de seguridad nos deja pasar al interior.

—Vamos, te va a gustar— digo y paso delante de él

El ambiente está cargado por el distintivo aroma del cigarrillo, la cerveza y algo que no soy capaz de reconocer. Empiezo a arrepentirme de haber elegido este lugar de entre tantos otros que me sugirió internet. Zigzagueamos entre las mesas hasta encontrar la trece, nuestro número. Las luces son tenues y la única parte llamativa es el escenario que está frente a todas las mesas. Nos sentamos y Rigel escanea sus alrededores con el ceño fruncido. Estoy cien por ciento segura de que va a odiar este lugar, y ese es el propósito.

—¿Qué es esto?— vuelve a preguntar.

—No seas impaciente.

La función empezará en cualquier momento y me relajo al escuchar los murmullos y las risas de los espectadores. Sonrió cuando la expresión del rostro de Rigel se hace aún más confusa y toma una de los menús para ocultarse tras este.

«Tampoco está tan mal».

Un hombre bajito de mediana edad, con una sonrisa enorme y el destello más amarillo que he visto sale al escenario, ocupando la solitaria silla que se encuentra en el centro. Los vitoreos se alzan, alegrando el ambiente y él sonríe más, si es que eso es posible.

—Damas y caballeros, bienvenidos a la noche más cómica— anima el señor moviendo las manos en el aire.

Rainstar me mata con la mirada y se lleva las manos a la boca como si no pudiera creer lo que está ocurriendo. Entonces no puedo reprimir mis carcajadas. La fase uno está saliendo de maravilla y eso que solo hemos empezado

—Un club de comedia ¿ en serio?

Y como si los otros espectadores fueran actores pagados una ola de risas retumba en el lugar.

—Tu lista dice que odias los chistes malos— me defiendo.

—Si querías sacarme un destello verde tu simple existencia era suficiente.

Between starsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora