☆Capítulo dedicado a @Vale-hernan08 ☆
Me remuevo incómoda, tratando de encontrar una posición en el diminuto espacio que Rigel me ha dejado en la cama. Él calor de su cuerpo es asfixiante y de alguna manera he terminado con el rostro contra su duro pecho, sintiendo el movimiento de su respiración y sudando como si hubiese corrido una maratón de cien kilómetros.
Cada vez que intento deshacerme de su agarre sobre mi cintura, él se mueve, no quiero que se despierte y vea en qué posición estamos.
Supongo que está acostumbrado a dormir abrazando un peluche y hoy es mi turno de sustituirlo. Se siente extraño, es lo malo y lo bueno al mismo tiempo. Tengo ganas de dejar que siga abrazándome y también quiero empujarlo lo más lejos posible. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que dormí así con alguien, quizás lo extrañaba.
Cierro los ojos por un momento, dejándome llevar por los suaves latidos de su corazón. Prometo que solo me quedaré hasta que llegue al latido sesenta.
Uno.
Dos.
Tres.
Mi cuerpo se siente pesado..
Diez
Once
No puedo dormirme.
Veinte.
Veintiuno
¿Por qué número iba?
Fuerzo mis párpados hasta que se abren otra vez y con lentitud me muevo, deteniendome cuando él hace ruidos raros o se remueve entre sueños. Por suerte logro escapar de sus brazos. Cuando mis pies tocan la frialdad del suelo dejo salir el aire que no sabía que estaba conteniendo.
Entonces restriego mis ojos y miro hacia la ventana por donde los primeros rayos de sol irrumpen, iluminando una parte de mi habitación.
«¿Por qué?» me quejo al ver la hora en mi móvil, son sólo las seis de la mañana.
La cama es demasiado pequeña para dos personas, estoy muy cansada y ni así me atrevo a volver a meterme ahí con pirulo. Irónico que cuando esté dormido parezca un angelito caído del cielo. El pelinegro murmura algo ininteligible mientras me sustituye por mi peluche de Kuromi. Buena elección, siento que son tal para cuál.
No quiero parecer acosadora observando a alguien mientras duerme y mucho menos si ese alguien es la persona más grumpy que conozco. Mi vista divaga por las paredes de mi habitación, buscando algo con lo que entretenerme sin llegar a molestarlo y termina sobre una de mis cajas más preciadas.
Estiro los brazos, poniéndome de puntillas para alcanzarla y dejarla sobre la mesa. Me siento y saco mi paleta de pintura acrílica junto al cuaderno de bocetos. Con los dedos trazo la forma de los girasoles y mariposas que está decorando la portada, apenas me quedan cinco páginas para completarlo.
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Between stars
RomanceTienes un secreto que podría arruinarte la vida. Empiezas a calcular tus pasos, acciones, palabras y la gente que se acerca a ti. Algo se te sale de las manos, terminas conociendo a la versión andante de una radio sin botón de apagar. La odias, la d...