CAPÍTULO 31

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Mi alarma suena, las 8. Me estiro como suelo hacer pero me topo con algo que me lo impide, con alguien.

Me giro y lo veo, frunce el ceño porque la alarma sigue sonando así que corro a apagarla y vuelve a relajarse. Tiene una suave sonrisa pintada y su piel morena resalta con los rallos de luz que entran por el ventanal. Suspiro. Comienzo a recordar más claramente lo de ayer y no sé que pensar. Me arrepiento de como me comporté, soy una tonta y...¿Jake? Corro a ducharme. De alguna manera, me siento sucia.

Dejo que el agua descienda suavemente limpiándome y me tomo mi tiempo masajeándome la cabeza. He de pensar que hacer con Gale... con esto, lo que sea, ¿de verdad quiero volver a todo aquello? Mierda, no he cogido mi albornoz, verle en mi cama me pone nerviosa. Mierda.

Cojo una toalla y me la enrollo. Me desenredo el pelo y me escurro las puntas, nunca uso secador. Salgo todo lo rápido que puedo para coger de mi armario una falda de tubo negra y una blusa de manga francesa blanca. Hoy cogeré mis manoletinas oscuras, no me apetece lidiar con tacones.

- Buf, menuda manera de dar los buenos días.- Oigo.

Me giro rápidamente y me agarro la toalla con más fuerza. Sé que estoy roja como un tomate. Se ríe.

- Buenos días, ya me bajo tranquila. Aunque podrías darme la toalla para que se seque...- Le lanzo una de mis manoletinas y él la coge al vuelo riéndose más aún. Es demasiado guapo para mí, sigo sin entenderlo. Corro al baño y me visto mientras me ondulo un poco el pelo, y comienzo a reírme porque me falta una manoletina.

- Buenos días.- Le digo con cara pilla.- Devuélveme la manoletina anda.- Le digo mientras le veo en la cocina y me acerco. Hay zumo de naranja en una jarra y se está comiendo uno de los pastelitos de manzana de los que compré el otro día.

- Dame un beso y te la devuelvo.- Dice. Me acerco más a él y a unos pocos centímetros de él le respondo.

- No te voy a besar porque tú me lo digas.- No sé de donde saco esta faceta cuando estoy con él. Podemos sentir el aliento del otro. Se lanza y me besa, sabe a manzana. Sonrío mientras lo hace y le quito la manoletina que escondía detrás de él. Me separo y me sirvo zumo.

- He de irme. Llegaré pronto, mi trabajo es sencillo y tengo la opción de hacerlo en casa.- Le digo mientras me dirijo arriba a coger mi móvil y bolso.

- Buf Jess, vas muy...bien.- Carraspea desde detrás.

- Gracias.- Digo ocultando mi sonrisa de satisfacción.- Me vas a...digo, esperar aquí o...- Le digo incómoda, no sé qué es lo que estamos haciendo y...bueno.

- Eh... ¿sí? como tú quieras, es tu casa...- Dice indeciso también.

-Claro.- Le sonrío girándome para verle. Ya tengo el móvil y mi bolso.- Te veo luego entonces.

-De acuerdo.- Sonríe. Al llegar a la puerta me coge de la cintura y me besa. Ese escalofrío, nunca me acostumbrare a él. La electricidad, su carne de gallina en la nuca cuando le acaricio el pelo. Es demasiado bueno.


El día pasa rápido. Tengo tres tareas para esta semana, pero son bastante largas. Termino una y parte de la segunda. Comienzo a hablar con los demás al ir a pedir un té a la máquina de la sala de estar. El relaciones publicas de la empresa se llama John, y trabaja justo en el despacho de enfrente al mío. A mi derecha está Ashley, directora de castings en lo que respecta a las modelos. También conocí a una de ellas, Shay, parecía maja, aunque demasiado delgada para mi gusto, pero supongo que es lo que se exige ahora. A las 14:00 decido terminar mi segunda tarea en casa. Casa... Gale. Justo en ese momento recibo un mensaje.

'Espero que te esté yendo bien en tu día de trabajo, no pienses que no me acuerdo de tí. Estás presente en cada minuto de mi día. Te quiero.' Jake.

Se me rompe el corazón al leerlo. Qué estoy haciendo, tengo novio, hablaré con Gale al llegar a casa.

Abro la puerta y le veo en el sofá con el móvil. Tan...él.

-Espero que no me hayas cambiado nada de sitio eh.- Le digo sonriendo mientras cierro la puerta.

-No lo he hecho, menudo concepto tienes de mí.- Dice incorporándose y sonriendo también.

-Gale...tenemos...quiero decir, hay algo que quiero decirte.- No me gustan los tópicos, ni decir 'tenemos que hablar' si no encuentro otra cosa.- He recibido un mensaje de...Jake. Y...bueno...- comienzo a sollozar. Me doy cuenta de que quiero a Gale pero no debería estar con él porque sé que me hará daño, lo sé. Pero yo y Jake no...no... Cuando quiero parar estoy llorando y Gale acariciandome más cerca que antes.

-Jess... respetaré lo que decidas. No quiero verte así.- Me dice cerca. Me besa suavemente y eso me calma así que decido no pararlo y consumirme en ese beso salado por culpa de mis lágrimas.

-Te quiero.- Le digo segundos antes de arrepentirme de ello. Se separa un poco de mí con cara confundida.

-¿Por qué estas con él?

-Porque...sé que tú me harás daño otra vez. Y estoy cayendo otra vez, como una estúpida.

-Puede... puede que te haga daño, no sé...intentaré no hacerlo. Pero también te hago sentir, y él no. Conmigo estás viva Jessica, Gale solo te da... ¿estabilidad? Eso lo puede buscar una mujer de cincuenta años, tu no Jess, date una oportunidad a ti también de ser feliz.- Suspiro.

-Le...le llamaré mañana.- Sus ojos brillan y sonríe antes de besarme otra vez. Un beso suave y corto.

-¿Te apetece salir esta noche?- Olvidé que con él es así, fiestas nocturnas y tal.

-Bueno.

-Es cerca, solo vamos a un pub a pasar el rato, algo muy light.

-¿Quiénes?

-...todos. Si no quieres no vamos, está bien Jess.- Sonríe.

-No, quiero. No puedo huir toda mi vida, supongo.

-Además estoy yo, ¿qué más necesitas?- Añade riendo. Le empujo y le tiro un cojín a la cabeza. Él comienza a hacerme cosquillas y así pasamos la tarde.

Otra parte de mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora