Un mes después.
-Estaré bien Amy. Ya he avisado a Adam y Ann. No tranquila. Que sííí, te vuelvo a llamar en cuanto llegue ¿de acuerdo? te quiero. Chao.
Me giro para mirar a Jake. Su casa ha sido mi refugio durante este último mes. Me he dedicado a buscar un apartamento y trabajo, y he encontrado uno bastante mono en la ciudad, a unos 60 kms de este pueblucho, una hora en coche. Me lo pagaré trabajando en una agencia de modelos. No, yo modelo ni de broma, eso va en contra de mis principios. Llevo la agenda y ayudaré en lo que me digan.
Me giro mientras Jake baja mi única maleta. Me mira y le doy un beso suave. He aprendido a quererle.
-Te llamo cuando llegue, te lo prometo.
-Jess, ¿estás segura? puedes quedarte todo lo que quieras aquí.
-No- suspiro- bastante me has ayudado ya.- Le digo mientras sonrío y le acaricio la mano. Es guapo. Nos damos un último beso y salgo.
Cojo mi maleta y me dirijo a mi coche. Ventajas de moverse en un entorno adinerado, me lo regalaron hace un año, cuando aún no tenía permiso de conducir. Ya he cumplido los 18.
Abrazo a Jake y nos quedamos así unos segundos. Es cálido, y mi única familia durante este mes a parte de las cartas con Kimi. Mi niña, la única que me ata a este lugar. Mi padre está muerto para mí, ¿y mi madre? Espero que reaccione pronto, o que se decida, porque sé que está con otro. Lo sé.
Arranco y en una hora estoy en mi nuevo apartamento subiendo mi maleta. Me ha costado un poco aparcar, es algo que no había pensado al escogerlo.
-¡Hey!- Oigo a mis espaldas. Al girarme veo a una chica rubia y mis ojos no creen lo que ven. La conozco, ya ves si la conozco.
-¿Angie?- Me alivio. Mudarse tan de repente, sola... Sienta bien tener una cara conocida.- ¡Angie!
-¿Qué haces aquí? ¡Menuda casualidad!- Dice sorprendida, al igual que yo, claro. Va toda de negro con botas de cuero, negras también. Propio de ella, pero es buena chica a pesar de su horrible gusto de ropa. ¿Qué hará aquí?
-Me he mudado por...asuntos personales.- Sonrío.- ¿Y tú?
-Ya sabes, tengo 19 años, ya va siendo hora.
De pronto caigo. Si ella viene...supongo que...no. No tengo por qué verlos.
-Y vienes...tú sola.- Afirmo bajando la voz. Angie se acerca un poco.
-Sí, tranquila. Y si alguna vez vienen...no les diré que vives aquí. Jess sé que eres distinta, pero ya sabes, ahí fuera hay gente...-.Sonríe.- Son mis amigos, esque somos muy diferentes, pero son mis amigos.
-Sí sí, tranquila.- Joder, que mala suerte tengo. Comienzo a pensar que que esté aquí Angie no es bueno, al contrario. He salido de ahí para huír de todo aquello y...bueno. Pienso un poco en Jake y se me pasa.
-Está bien. Bueno, he de instalarme y todo eso. Ya nos veremos.- La digo mientras empujo mi maleta hacia el interior de mi apartamento.
-Claro.- Oigo antes de cerrar mi puerta.
La entrada de el apartamento me la ha pagado Jake, y me sorprende lo que veo aún habiendolo visto ya en fotos. Nada más entrar hay un enorme salón. A la izquiera, un sillón enorme con la televisión de plasma en frente, y tras él, la cocina. De alguna forma si están separados, es como otro cuarto sin puerta con una abertura más grande de lo normal. Dejando todo eso a la izquiera vienen las escaleras, es decir, de frente al entrar al apartamento. Sí, es un duplex. Hay que girar a la derecha, y la primera habitación a la izquierda es la mía. Cama de matrimonio, claro. Siguiendo de frente y a la izquierda se encuentra otro cuarto, el de los invitados, también con cama grande, y en frente de él el baño. Mi cuarto tiene baño propio, pequeño, pero suficiente.
El apartamento está bien, la gran parte de su distribución se concentra en el salón y cocina, pero no me importa, es donde más tiempo voy a pasar. Me meto en mi nuevo cuarto y tardo unos segundo en asimilar todo lo que estoy haciendo. Tras esto me tiro en la cama y miro el techo durante un tiempo que no se determinar.
-Jake, ¿mañana vienes no?- Le digo por teléfono.
-Sí claro, ¿estás instalada ya? ¿todo bien?
-Sí...todo perfecto. Te veo mañana. Si...también te quiero. Adios.
Coloco mi poca ropa, cojo algo de dinero y mi abrigo, y salgo a comprar algo de comida.