-¡Jessica a clase!- Me levanto y me enfundo mi camisa de manga francesa negra y una falda larga rosa palo mientras pienso en lo que hice ayer. Fui estúpida, lo cierto es que actué como una niña pequeña y yo no soy así. Y...le besé. Y él...¿le gustó? Arg. Llegaré tarde.
-Hasta luego mamá, hasta luego papá.
-¿No desayunas?- Me pregunta Kim.
-No, hoy no.
Camino y antes de llegar al instituto se me une Amy. La hecho de menos.
El día se pasa rápido y cuando me doy cuenta ya son las dos y media. Tengo la necesidad de verlo, no sé lo que está pasandome pero el beso de ayer me hace dudar sobre nuestra situación, así que en cinco minutos me encuentro en su casa llamando a su puerta. Al salir abre esos ojos azules que tanto me gustan y sonríe.
-¿Qué haces aquí?- Me dice invitandome a pasar mientras noto como me mira desde atrás mientras cierra la puerta.
-Yo...quisiera...quiero decir...¿hablamos?- Le digo mientras noto como me empieza a temblar la voz.
-Claro- Me dice cambiando su cara mientras me pone la mano en la espalda para dirigirme a el sillón y un escalofrío recorre mi cuerpo.-¿Todo bien?
-Yo...yo nunca he tenido una relación. Yo nunca había besado a un chico y tú...bueno tú...tú has estado con muchas chicas. Quiero decir, eso no está mal pero...que no sé qué es esto y quisiera...
-Eh Jess, tranquila.- Me dice mientras me eleva la cabeza. No me había dado cuenta de que estaba llorando.
-Yo no sé hacer nada, no creo estar a la altura. No sé...no sé por qué me he agobiado tanto, es solo...
-Eh, mírame. Sé que no eres como las demás, eso es lo que me gusta de tí. No quiero que llores.-
Le noto incómodo, sé que él no es de esos que lo sacan todo fuera, no pasa nada. Me aclaro la voz y asiento limpiándome las lágrimas. Justo después de eso Gale comienza a acercarse y yo me quedo parada. Me deja sin aliento, ese olor a menta y esos ojos. Nos quedamos unos segundos mirandonos a milímetros el uno del otro, podemos sentir nuestro aliento, hasta que por fín sucede.
Me besa. Es suave, y distinto. La vez pasada fue un beso simple, en este hay algo más. Noto como se avalanza poco a poco sobre mí y yo me voy echando hacia atrás en el sillón hasta que al final quedo totalmente tumbada con él encima. Mierda, está abriendo la boca, ¿qué hago? creo que yo he de abrirla también. Sin querer le muerdo un poquito y los dos nos reímos bajito, pero continuamos. Ya he cogido el truco. Noto como su mano derecha me acaricia la pierna y sube algo más de la rodilla, pero ahí se para y baja. Es agradable, como una droga.
-Creo que para ser tu primera vez en un beso así, no está nada nada mal.- Susurra algo agitado.
-Aprendo del mejor- Digo sonriendo mientras seguimos besandonos. Es lento, da tiempo a saborearlo. Estoy comenzando a notar un calor algo exagerado, creo que deberíamos parar.
-Gale- susurro.
-¿Qué?- me dice él sin parar.- Me quedo callada hasta que lo suelto.
-¿Y Kat?
Él se aparta de mí un poco extrañado.
-¿Qué pasa con ella?
-Que...si te gusta.- Cambia su cara a divertida y niega con la cabeza.
-¿Y tu novio?- Me dice ahora él.
-¿Qué novio?- Le respondo divertida.- Se lo inventó Jake, lo siento.- Le digo mientras me río. Se hace el sorprendido y me toca la mejilla de forma divertida mientras yo sigo sonriendo. Nos quedamos mirando unos segundos y él se levanta.
-¿Quieres hacer algo?- Pregunta
-Sí, ¿salimos a dar un paseo?
-Vale.- Coje las llaves y salimos. Comienza a hacerme bromas, comentarios sobre mi ropa y a darme empujoncitos, le encanta hacerlo. En ese momento vemos a alguien. Dan.
-¿Qué cojones hacéis?- Dice él mirandome solo a mí.
-La mojigata estaba de paso.- Contesta Gale. Le miro algo molesta pero lo dejo pasar.
-¿De veras?- Dice Dan mientras sigue mirandome. Está comenzando a asustarme, recuerdo sus amenazas y tal vez debería comenzar a tomarmelas en serio. Dan suspira.
-Bueno, hacer lo que querais. Esta noche nos vemos Gale.- Dice mientras camina.
-¿Qué ha sido eso?- Le pregunto aún enfadada.
-No quiero que sepa nada, es solo por tí.- Me dice serio.
-Vale.- Contesto aún más enfadada.
-Joder Jessica ¿te has enfadado?
-Gale, enserio, ¿la mojigata está de paso? ¿tú qué crees? Joder.- Él se sorprende ante mi palabrota.
-Es muy difícil tratar contigo, tú no lo entiendes.
-No, lo cierto es que no entiendo muchas cosas de tu mundo. Ya nos veremos ¿vale?
Comienzo a andar más deprisa mientras le oigo pegar una patada a algo del suelo. Aún son las cinco, tengo tiempo de ir a mis clases y disfrutar de la tarde, aunque supongo que la pasaré estudiando, me estoy quedando atrasada.
¿Que es difícil tratar conmigo? Él tiene trastornos de personalidad, no hay quién le entienda.